“No me morderé la lengua: son de lo mejor que hay ahora mismo en este país. Mojo a raudales, estribillos telúricos y mucho ritmo del garaje”. Así describí en la crónica del Go Sinner Go! que hice para Ruta 66 la impresión que me dejó este dúo de Zaragoza formado por Borja Téllez a las voces y la batería y Guillermo Sinnerman a la voz y guitarra. Con su aclamado álbum debut ‘Incluso Festivos‘, publicado conjuntamente por el sello londinense Dirty Water Records y Wild Lion Records, la banda ha dado un golpe sobre la mesa y se queda a marcar su territorio en la selva. Llamamos a Borja para hablar de este más que prometedor comienzo y de su futuro, ante su concierto de este jueves en Madrid, en las Rocket Queen Parties de la sala Satisfaction (c/ Felipe Neri, 4, 21:30 8 euros).
Jueves, 18 junio a las 21.30 h. 8 €
Satisfaction rock n’ roll club (San Felipe Neri, 4, Madrid)
Los Bengala+ Jesse James DJ
Hola Borja, ¿dónde te pillamos?
En el País Vasco, en Durango, es que curro en una empresa de transportes.
Joder, entonces entre curro y banda…
Tooodo el día en la carretera.
Enhorabuena por vuestro debut, aquí en HRB sería el disco de 2015 si el año acabase mañana. Sabemos que los dos venís de The Faith Keepers, y que os empezasteis a juntar solo vosotros dos a ver qué pasaba, sin la intención expresa de formar una banda, pero con la premisa de que los dos buscábais lo mismo.
Sí, empezamos por tocar un rato sin más, animados por las ganas que tenía yo de tocar la batería y él de hacer cosas más cañeras, bueno y yo también claro. Fuimos cogiéndole el gustillo y al final, nos dijimos, «esto mola, vamos a tocar en directo». Guillermo y yo éramos los dos de los Faith Keepers que siempre queríamos hacer rock’n’roll más guarrete, más inspirado en el garaje. Nada fue premeditado, todo fue de ir paso a paso viendo que la cosa nos convencía.
¿Os ha sorprendido el buen recibimiento del disco, o ya en el local visteis que había que estar muy atontao para no ver que aquello sonaba de puta madre?
Para serte sincero hay un poco de las dos cosas. No esperábamos que la cosa funcionara tan bien, sobre todo fuera de Zaragoza, pero en el local íbamos grabando con el móvil o con la mesa que tenemos allí, y veíamos que las canciones molaban un puñao. Y a la gente que nos veía le molaba mucho.
Ya que tenéis experiencia con otros grupos, ¿dirías que este ha nacido con buena estrella?
Pues no sé si con buena estrella, pero por lo menos ha nacido mejor pensado. Hay más experiencias, hay más hostias que nos dimos y que ya no nos hemos dado, aunque ahora nos demos otras… Está todo más premeditado y más madurado. Está funcionando muy bien porque es más asimilable que Faith Keepers, yo creo. Más directo, letras en castellano… eso tiene que ver seguramente.
¿Cómo y dónde grabasteis el disco?
En los estudios PUK de Zaragoza, que lleva Cristian Barrios, el de Picore. Es un tío que lleva muchos años en la música, y ha grabado con bandas de Madrid y de todos lados. Tiene mucha experiencia y enseguida pilló el rollo que llevamos nosotros. Masterizamos con Javi, otro zaragozano con mucha experiencia. Fuimos bastante meticulosos con los arreglos, grabamos todo en el local antes de hacerlo en el estudio… la verdad es que lo cuidamos mucho, y estamos muy contentos con el resultado.
Los arreglos que mencionabas (por ejemplo me estoy acordando del piano de «No hay amor sin dolor»), que no se pueden llevar al directo, ¿hicieron que del estudio al escenario hubiera sensaciones diferentes?
En realidad no cambia tanto, porque lo que intentamos mantener es la canción en sí, y en directo no pierden por esos arreglitos que si enriquecen una escucha del disco con cascos. En los conciertos no los echamos en falta, y yo creo que la gente tampoco.
Lo sé, lo sé… cuando os vi en el Go Sinner Go flipé, tío.
(Risas) También es por nuestra manera de hacerlo, nosotros somos así. Yo siempre lo digo, que no sé qué música acabaré haciendo dentro de 15 años, pero que ahora lo que toca es adrenalina pura y caña. Tengo que desahogarme, y llevar a la peña para arriba, para arriba…
Ser sólo dos te empuja a ser más creativo. Y evitas tener a ese miembro que siempre hay en todos los grupos, el empanao que no aporta nada y que se limita a seguir la corriente.
(Risas) Qué bueno… Sí, Guillermo y yo lo tenemos muy claro, y cuando surge alguna duda, nos compensamos muy bien el uno al otro. Está claro que cuantos menos medios tienes, más creativo tienes que ser para llegar a alguna parte, para que las canciones no decaigan. Yo por ejemplo tengo que mirar muy bien el tema timbales, intentar hacer una base rítmica que en cierta manera ofrezca una melodía… Y Guillermo igual, tiene que preocuparse de que no falten detalles a la vez que continúa el fondo de guitarra rítmica. A veces, ser más creativo es ir a lo más básico, sobre todo cuando hablamos de hacer música como esta, con su tralla y su primitivismo. Joder, nosotros acabamos agotados después de los conciertos (risas).
¿Cómo es lo de coproducir con Dirty Water? Quiero decir, qué hacen ellos, qué hacéis vosotros a través de vuestro sello Wild Lion…
Ellos en principio se iban a encargar de la edición en CD y digital, y al final, como tardaban los vinilos que íbamos a sacar nosotros, decidimos que también ellos entrarían ahí. En cuanto a conciertos, nosotros nos encargamos de nuestra parte aquí en España, y ellos de Inglaterra y de lo que surja a nivel internacional.
¿Hay algún batería voceras que te haya inspirado especialmente?
Pues en realidad no, hay muchos que me gustan pero no te sabría decir uno que me haya inspirado en concreto, o en el que me haya fijado más. Yo es que aprendí a hacerlo poniéndome canciones de otos grupos en los cascos, y siguiéndolas con la batería. Cuando ya las tenía pilladas, me salía empezar a cantarlas a la vez, y así poco a poco me he ido haciendo con ello de forma natural. No me costó mucho la verdad. En cuanto a referentes, sí me ha gustado mucho siempre, que es Buddy Miles, su manera de ser suave y bruto a la vez, y con ese soul, ese funk, cantando de puta madre, me flipa.
La canción «Máquina Infernal» o alguna otra, ¿no es especialmente jodidilla de tocar y cantar a la vez?
Sí claro, es de las más difíciles porque tiene una línea contínua de batería y las voces exigen un poco más que en las otras canciones. Pero bueno, son muchos años tocando la batería, muchos ensayos, y todo es fruto del trabajo. En alguna otra canción sí que es casi imposible hacerlo igual en el directo, y me apoyo un poco más en Guillermo, de una forma muy sutil.
«65 Días», que es una maravilla, se ha convertido un poco en vuestro buque insignia ¿verdad?
Sí… ya incluso antes de grabarla, cuando la tocábamos le gustaba mucho a la gente. Creo que es porque es tan básica, con cuatro acordes, la batería siempre el mismo ritmo…
La gente piensa que ya la ha oído en alguna parte antes. Eso es buena señal. ¿Cómo surgió la canción?
La compuse yo, me apetecía hacer un tema así porque me gusta mucho todo el rollo del rock’n’roll español de los sesenta, Los Brincos, Los Sírex, con un nosequé flamenco en los arreglos. De hecho, por mi parte es por donde me gustaría que tiraran Los Bengala. La progresión de acordes y del estribillo de «65 Días» tiene algo muy andaluz, y bueno, la letra la escribí porque estaba pasando una mala época con mi novia. Cuando fuimos a tocar a Inglaterra el año pasado, sí que hubo gente que nos dijo que le recordaba al «Paint it Black» de los Rolling Stones. Y así escuchándolo dices «pues es verdad», tiene algo ahí, totalmente inconsciente.
Justo te iba a decir que tu forma de cantar en ese tema destaca con respecto al resto del disco, que pareces uno de los grandes cantantes españoles de los sesenta.
Esa era la idea, y al fin y al cabo yo he escuchado mucha, mucha música española de los sesenta, muchas bandas de beat, garage y pop, y esa manera de cantar ha sido muy importante para mí.
En cuanto a las letras, en general molan bastante pero si te soy sincero no me hace mucha falta pararme a entenderlas. Por cómo están cantadas, por su energía y fonética, ya me vale.
Gracias. Sí que las cuidamos bastante porque al decidir cantar en español, eres consciente de que te va a entender la peña y no quieres escribir tonterías demasiado grandes. Lo que dices de la fonética es una pequeña obsesión de Guillermo, le gusta que las frases vayan haciendo otra melodía con su propia fonética, les da bastante vueltas y le gusta mucho que ese aspecto quede redondo. Al final, las letras son todas a medias, porque uno lleva unas estrofas, el otro les da un retoque, y así.
Aunque en vuestro bandcamp os describís como rock’n’roll-punk-garaje, habéis comentado en alguna ocasión que la palabra garaje está sobreutilizada. No lo niego, pero creo que sí puede ser útil para identificar rápidamente una forma de entender el rock’n’roll, en una época en la que esa palabra sí que ha perdido gran parte de su significado.
A mí me pasa lo mismo, creo que rock’n’roll tiene que ver con lo callejero, lo instintivo y primario, Chuck Berry, Hound Dog Taylor, los Sonics. Han pasado 50 años de todo aquello, así que igual sí que es útil utilizar otra palabra para describir lo que tiene que ver con todo eso. Pero también es verdad que el garaje duro, el garaje de 13th Floor Elevators, de Music Machine, no tiene nada que ver con cosas que se hacen hoy en día y que se autodefinen como garaje.
¿Cuáles son los próximos planes para Los Bengala?
En verano tenemos bastantes conciertos, ahora tenemos Madrid, Tarragona, Andalucía, Valencia, País Vasco, en octubre nos vamos a Alemania… van saliendo cositas. Nos ha pillado el toro para el tema de festivales, pero sí vamos a tener bastantes bolos. En cuanto a próximo disco, queremos grabar a finales de este año o a principios del siguiente, para mantenernos a disco por año.
