Género: Rock
Sello: Rock Estatal
8 / 10
El cuarteto madrileño presenta el tercer disco de su relativamente corta pero fructífera carrera, rock’n’roll urbano por derecho, sin complejos ni cortapisas, fiel reflejo de lo que se cuece en las calles de una urbe que antaño obró el milagro de la Movida, y que ahora entre desahucios y quimeras nocturnas, no descansa ni de noche ni de día…
Al más puro estilo Uriah Heep “Look at yourself” (aunque musicalmente no tengan nada que ver), estos chavales de barrio con muchas inquietudes vitales en las venas presentan un precioso tercer elepé, un digipack muy currado con una portada-espejo en plateado, que muestra la verdadera dimensión de las ‘personas reales’, efecto que ya utilizaron Sober en su multipremiado y celebérrimo “Reddo”. El reflejo de lo que bulle en los barrios sirve de argamasa para unas tonadas sobradas de actitud por los cuatro costados: “Contando batallas” encontraremos el placebo (“La Medicina”), si no de la felicidad, al menos de nuestro propio camino, forjado “Por la carretera”, celebrando que el polvo del paisaje se pegue a la levita. Festejar que estamos vivos. Melodías “De estraperlo”, robadas a la desidia y al desencanto que nos inunda como un tsunami en estos tiempos oscuros de “Bankiarrota”, como cantan otros ilustres compis del metal, los inefables Porretas de Hortaleza.
Con Mora son un cuarteto de curtidos Mosqueteros del rocanrol asilvestrado en lengua de Cervantes: “no sé mentir, ni caminar por los cristales como un buen fakir, cuando en mi cabeza le gana la partida el loco al vago…”. Inasequibles al desaliento y a las fatigas que impone el ‘underground’ capitalino, siempre constreñidos por la radiofórmula de lo políticamente correcto y atrapados en la presa de las seis gargantas que han plantado los emporios de la comunicación para que propuestas como esta no lleguen a destino. Neno (bajo y voz), Tyron (guitarra), Wiki (guitarra) y Tupa (batería) forman un equipo muy sólido, de aquellos a los que no se derrota fácilmente y ponen cantidad de bemoles e intensidad cada vez que salen a jugársela sobre las tablas: “escupir la verdad de vellón” y es que en esta era confusa del desafecto y la corrupción rampante, donde nadie quiere a nadie, ni siquiera hablar con ‘Personas reales’, ellos se marcan un fresco de realidad rockanrolera sin aditivos ni conservantes. Los disfraces caen por su propio peso, y cuando las lentejuelas brillan demasiado (como cantaban Barricada hace treinta años), ahí están Con Mora para poner los puntos sobre las íes. Ásperas realidades como puños y canciones que te llevan “En volandas”. “El mundo está perdido y queda muy poquito que no se ha vendido”. El entorno cabe en cuatro acordes. Y como sentenciaron los Stones: es solo rock’n’roll pero me gusta.
