Con una fórmula cada vez más severa y eléctrica, el cuarteto catalán vuelve con el primer single de su nuevo trabajo: un corte fogoso y directo de rock alternativo que gustará a los fans de Viva Belgrado.
Alguien tenía que decirlo; y, además, gritarlo bien alto: todos tenemos miedo y hacemos lo que podemos para intentar ser felices. De nada sirven el postureo y los artificios con los que muchas veces nos presentamos al mundo desde las redes sociales; de nada valen nuestras grandes y vacías opiniones o nuestras pretendidas verdades si en el fondo somos infelices.
Quizá, reconocer lo que somos, en nuestra vulnerabilidad y contradicción, es el primer paso para estar a gusto en el mundo. ‘Yoga y coca’, el nuevo single de la banda catalana Aldrin y Collins, es ese grito de sinceridad, el reconocimiento de nuestra condición humana más básica, la confesión de nuestras necesidades más honestas.
Expresado todo esto en clave de rock alternativo crudo, fogoso y directo, ‘Yoga y coca’ marca el retorno, cada vez más endurecido y eléctrico, de la formación de Cerdanyola del Vallès. Tras más de una década de trayectoria, y dejando atrás las melodías pop de sus primeros trabajos, Aldrin y Collins han cogido carrerilla y energía renovada durante la pandemia para romper en añicos los dos años de silencio y de ausencia de los escenarios.
Con una fórmula que recuerda a la de Viva Belgrado o Japandroids, pero que bebe también de bandas como Nueva Vulcano, Bad Religion, Fugazi, Refused o Metz, el cuarteto barcelonés presenta con este primer adelanto el que será su quinto trabajo discográfico: Conciertoconsuelo, que verá la luz pasado el verano con la colaboración de Subpost Records, Ta-ta Boom! Records y Carcosa Records. Ruido, amor, terapia y humor laten a la vez en cinco temas resistentes, desvergonzados y necesitados de calor y compañía.
Aldrin y Collins son Gerard Batllori (guitarra y voz principal), Xavi Hernández Navarro (batería y coros), Pau Alcalde (guitarra y letras) y David García (bajo): una banda que, en contra de lo que suele ocurrir, ha recrudecido sus canciones. Durante 12 años de trayectoria, y siempre desde Cerdanyola del Vallès (Barcelona), han pasado de las melodías pop, las letras crípticas y los teclados de sus iniciales La Vocación Optimista (2012) y Volador Trueno (2014) a un sonido eminentemente eléctrico, enérgico, emotivo y menos producido, cómodo entre el rock alternativo norteamericano y la escena guitarrera catalana.
Los últimos dos trabajos Escuchas (2016) y Odisea en el Espacio de Confort (2018), ambos con el sello de confianza de Bcore, PYT y Musarañas, les ha permitido ofrecer decenas de conciertos en toda la península y en espacios, festivales e iniciativas de todo tipo en Catalunya. Hasta que llegó la pandemia del covid, que les ha sumido en cierta invisibilidad. Ahora vuelven con un nuevo trabajo discográfico de cinco temas: Conciertoconsuelo, del que ‘Yoga y coca’ es su primer adelanto.
