Más de uno dirá que la crisis de los treinta (¡ja!) ha hecho mella en los Night Beats, porque ha sido dejar atrás la veintena y cambiar las tornas. El buen rollo que parecía fluir en el trío se diluyó hace un año y medio, y terminó con la salida del bajista Tarek Wegner justo antes de empezar a grabar su tercer disco. Un álbum que, por otra parte, muestra un song-writing maduro, menos hedonista y más conectado a esta nuestra querida dimensión. Aunque, ejem, otra cosa es que los hábitos del grupo hayan cambiado. Es Danny Lee Blackwell (voz y guitarra) quien nos coge el teléfono mientras viajan por una carretera italiana y, en efecto, todo indica que está de resacón. Afortunadamente, cuatro o cinco bostezos y algunas respuestas vagas después, empieza a entrar en harina…
Vuestro primer disco salió con Trouble in Mind, el segundo con The Reverberation Appreciation Society, y ahora habéis vuelto a cambiar de sello y estáis con Heavenly Recordings, que tiene sede en Londres. ¿Por qué otro cambio?
Sí, firmamos con ellos a finales del año pasado. Vinieron a vernos tocar en nuestra gira británica de 2012, y estuvimos hablando con ellos después de un concierto. Luego mantuvimos contacto por correo electrónico, y hace unos meses, cuando supieron que estábamos grabando un nuevo disco, nos dijeron que estaban muy interesados en sacarlo ellos. Nos pareció que funcionaría bien, así que firmamos un acuerdo por un disco. Danny Michel y toda la gente que trabaja allí es fantástica y sabe lo que hace.
¿Cómo fue la salida de Tarek, y la llegada de un nuevo miembro?
La verdad es que no quiero hablar mucho de lo primero. Tuvimos varios problemas con él, y prefiero no seguir dándole vueltas al tema. La llegada de Jakob Bowden nos sentó de maravilla, nos ayudó a mantener la confianza en el grupo, y ahora todo es mucho más divertido y más natural.
En el disco, sin embargo, toca el bajo Robert Levon Been de Black Rebel Motorcycle Club, que también fue coproductor. ¿Cómo fue esa grabación?
Fue en los estudios Echo Park de Los Angeles, Era la primera vez que grabábamos fuera de Washington, y nos sentó muy bien el cambio porque lo hicimos todo más rápido que nunca. Robert tenía tiempo libre con BRMC porque uno de sus compañeros se estaba recuperando de una operación, y trabajó mano a mano con nuestro productor Nic Jodoin. Tenemos mucho en común con él, y no parábamos de intercambiar ideas. Me gustó mucho su nivel de implicación. De hecho, él llevaba tiempo interesándose por mi trabajo, también con UFO Club, la otra banda que tengo (junto a Christian Bland, de The Black Angels).
El título del disco no lleva interrogación, parece que encierra un implícito sentido de resignación…
Depende de cómo lo interpretes. Cuando vendes tu alma ya no la vuelves a recuperar nunca, y esta generación de gente joven, si tenía un alma, sin duda la perdió hace tiempo.
Quizá nadie la vendió, la regalamos nosotros solitos… O en todo caso, lo pusimos muy fácil.
Sí, esa interpretación mola. De alguna manera, comparto esa opinión contigo.
Sin embargo, el disco transmite cierta esperanza, anima a no bajar los brazos por completo. El título de la canción “Last train to Jordan” parece aludir a una última oportunidad que no hay que perder.
Sí, por eso, volviendo a tu pregunta anterior, diré que no hay ningún sentido de la resignación en este disco. Jordania, en la música gospel, viene a ser algo así como el cielo, el paraíso. Y la metáfora de tomar un tren, o más bien de no ser tan tontos como para perderlo, me pareció una buena forma de referirme a todo ello.
De todas formas, ¿qué crees exactamente que se puede hacer para no perder ese tren?
De nuevo, eso queda a la libre interpretación de cada uno. Pero tiene que ver con nuestra forma de relacionarnos con la cultura, la política, el consumo y con la gente que nos rodea. Creo que podemos hacerlo bastante mejor como seres humanos.
Habéis venido a España bastantes veces, ¿conoces la situación política del país?
Pues para serte sincero, no…
Bueno, hay un nuevo partido que emergió de las protestas ciudadanas, y que dio cierta esperanza a algunos.
Pues es una noticia interesante, definitivamente quiero interesarme más por ello y leer algo para estar al tanto de sus progresos.
¿Cómo surgió el tema en castellano, “Porque mañana” (sic)?
Vuestro idioma siempre me ha gustado, me encanta cómo suena, y aunque fuera a un nivel muy básico, quise acercarme a él con una canción. Además, cada vez tenemos más seguidores hispanohablantes, así que es un pequeño agradecimiento, un guiño a todos ellos.
En España las bandas de rock psicodélico solían cantar en inglés, pero ahora hay muchas que se están animando con el castellano.
Pues eso me parece genial, me encanta, ¿cómo no vais a poner en valor una lengua con tanta historia y con una sonoridad tan molona? Es como muy básica, pero también muy honesta, no sé cómo explicarlo. Aquí en Italia estamos viendo lo mismo durante este viaje. Nos hemos encontrado con bastante más bandas cantando en italiano que en otras giras.
¿Te gusta alguna banda hispanohablante?
Pues déjame pensar…. Sí, claro. Mujeres, por ejemplo, hacen una música cojonuda y ellos son unos tíos cojonudos. También me gustan Dávila 666, aunque creo que se separaron… Y por supuesto Los Saicos, a los que amo profundamente.
Qué casualidad… En marzo habrá en Madrid un homenaje a Los Saicos (la entrevista se hizo en febrero), en el que participan precisamente Mujeres, y estará Erwin Flores.
¿En serio? Joder tío, eso no me lo puedo perder… ¿Cuándo? ¡Quiero ir para allá y que me presentes a Erwin! ¿Podrías preguntarle si le gustaría grabar algo con los Night Beats? Dios, eso sería alucinante. Escríbeme luego y me cuentas todo por correo, ¡por favor!
La canción “No Cops” habla del estado policial con el que soléis convivir en algunas ciudades estadounidenses. ¿Cómo podría ponerse la cosa si Donald Trump gana las elecciones?
Joder, sería terrible. El puto Trump un jodido idiota. Es una broma de mal gusto para la política norteamericana. Y para la política en general, por supuesto. Parece que tiene una total determinación por destruir todo lo bueno que hay en la democracia. La verdad es que cuando salimos de Estados Unidos, es incluso embarazoso tener que contestar preguntas sobre él. Es jodidamente surrealista tener que explicar que sí, que hay gente, millones de personas que son mis compatriotas, que están ansiosos por darle el poder.
Quizá sería mejor si él fuese el candidato republicano. La reacción de los demócratas sería ir a votar en masa, ¿no?
Probablemente tengas razón. Creo que incluso algunos republicanos votarían demócrata. A ese nivel ha llegado el bueno de Trump, ¡jajaja!.
Cambiemos de tema… La primera vez que oí hablar de vosotros fue en una entrevista con Ryan Sambol, de los Strange Boys. Me recomendó fervientemente vuestro debut.
¿Ah sí? Qué grande es Ryan. Es un gran amigo mío. Disolvió el grupo pero él sigue haciendo cosas en solitario.
Sí, de hecho vino a Madrid. Como él es de Austin, y vuestro sonido remite tanto a los 13th Floor Elevators, di por hecho que los Night Beats era una banda tejana.
Bueno, en parte es verdad porque aunque vivamos en Seattle, James y yo también somos de Austin.
Imagino que en Seattle no hay muchas bandas como la vuestra, ¿me equivoco?
No, no te equivocas. No hay ninguna banda de nuestro estilo en Seattle, al menos que yo sepa. Quizá no me he interesado tanto por la escena de mi propia ciudad, y de hecho ya apenas tocamos por allí. Ni siquiera me siento como en casa cuando vuelvo de gira… en mi casa de Seattle sólo guardo libros y discos, y se la alquilo a amigos durante casi todo el año. Es que me paso la mayor parte del tiempo de gira, o a caballo entre Dallas y Austin.
¿Qué tal se mantiene en EE.UU. el estallido de garage-psych tan clamoroso que ha habido esta década, no sólo allí sino también en Europa y Australia?
¡Sí! En Australia están ocurriendo cosas muy interesantes, no paro de descubrir grupos nuevos y con mucho talento y buen gusto. No sé cuánto durará esto, pero yo creo que si te fijas bien en las cronologías discográficas, el garage-psych es un género que en realidad nunca llegó a desaparecer, al menos en mi país. Desde finales de los sesenta hasta hoy, no ha parado de haber revivals, de manera cíclica pero también constante. Es cierto que en este momento el aluvión de bandas es realmente impresionante, pero creo que en todas las décadas se pueden encontrar grandísimos discos de garage-psych. Es un tipo de música que siempre ha estado ahí desde el principio, fusionándose con otros sonidos o en sus formas más puristas. Pero nunca ha dejado de sonar, también gracias a que ha habido muchos sellos que se han preocupado por buscar y echar una mano a los grupos que seguían manteniendo viva esa llama.
¿Cuándo vais a volver de gira por España?
Pues no hace mucho tiempo que estuvimos por allí, en San Sebastián. Y nos lo pasamos increíblemente bien. Siempre montáis grandes fiestas. Una de las mejores fue el festival Go Sinner Go que se organizó en Toledo hace un par de años o así. ¡Qué ciudad tan alucinante! Me impresionó mucho todo lo que vi. Os lo montáis muy bien, ¡jaja! Y yo me siento muy bien allí. Incluso tenéis una radio decente… recuerdo una vez que nada más llegar nuestro avión a Madrid, salimos en coche del aeropuerto, y en una emisora que parecía bastante mainstream de repente empezaron a poner grupos de garage totalmente desconocidos para mí. Fue como “¡wow, ponen música de verdad en la radio!”, ¡jajaja!. Eso conecta con lo que te decía antes sobre nuestra forma de relacionarnos con la cultura, cuando hablábamos del sentido del título “Who sold our generation”. Si escuchas la radio en Estados Unidos, se te cae el alma a los pies. No hay un solo espacio para la buena música, la cantidad de basura que se emite es colosal. Volviendo a la pregunta… a España no sé exactamente cuándo volvemos, creo que hay algunos cabos que atar todavía con las fechas. Pero da por seguro que iremos con todas las ganas del mundo.
ENTREVISTA PUBLICADA POR NACHO SERRANO EN EL NÚMERO DE ABRIL DE RUTA 66