Crítica – VIKXIE «Algo está cambiando»

por

vikxieGénero: Rock
Sello: Jackpot
/ 10

Un rockero con tintes de cantautor urbano y voz andrógina asoma al panorama estatal en su tercer asalto al firmamento en estos tiempos donde la industria musical está desvencijada y el mundo patas arriba. “Algo está cambiando”, uno de los lanzamientos más prometedores de la nueva temporada.

A medio camino de Amaral, sin el almíbar de Rubén Pozo, y despojado de la tristeza existencial de Quique González (aunque solo a medias), se lanza a tumba abierta por la autopista de los sonidos urbanos con ecos de desengaño y amores extraviados. Buenas letras y arreglos muy currados, y sobre todo, una producción sobresaliente que destaca por encima de todo lo demás (firmada por el propio autor), es lo que podemos encontrar en este plástico que entra a la primera, como los buenos discos ochenteros que los rockeros viejunos conservamos en la memoria.

Sensación de Deja Vu y cierto regusto de otra época, donde afamados gurús marcaban el compás y moldeaban a los artistas en ciernes. ¿Hay gato encerrado aquí?. Cuesta entender que este rapaz haya sido capaz de sostener semejante producción, salvo que sea un genio. Por el camino de baldosas amarillas se desliza este elepé, que igual te lanza un gancho rollinstoniano a la mandíbula, urbanitas “Salvajes” sin otro horizonte vital que una noche de placer donde quemar la ciudad, o dibuja atmósferas a lo M-Clan (“Yo no quiero estar a tu lado”), que aborda al más puro estilo Coldplay, sin miedo a teñir de electrónica y ‘delays’ de guitarra eléctrica, temas descarados e impactantes como “A tu salud” o “Marioneta”.

Y es que Vikxie (nombre artístico de Víctor Torres) no quiere ser títere de la radio-formula ni “Flor de un día”, ni espantapájaros de los dj’s con ego acrecentado en las pistas de baile. La banda quiere marcar su propio ritmo y ahora pintan bastos. Probablemente se quede en tierra de nadie, demasiado rockero para la plebe y demasiado popero para los más duros del barrio. De cualquier forma, como rezaba aquella célebre pintada de Sarajevo en pleno derrumbe: ‘bienvenido al infierno’ de la escena actual. Algo de sangre fresca no viene nada mal para animar el gris panorama dominado por el Indie más ramplón y por el mucho ruido y pocas nueces de la mayoría de combos actuales, de pose artificial y mentes vacías.

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