¿Pero esto ya ha terminado? (crónica del concierto BOB LOG III + PELOMONO La Boite 7 mayo)

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Pocos podían imaginar lo agridulce del sabor de boca que nos dejaría la noche del pasado miércoles en Madrid. La cita con Bob Log III y Pelomono (el proyecto de surf experimental que tiene Perico de Dios de Guadalupe Plata) parecía un plan perfecto. Y pudo haberlo sido…

1La primera sorpresa de este concierto enmarcado dentro de Festimad, fue que a pesar de estar anunciado Bob Log como el acto principal, fue él quien empezó la velada. Eso ya pilló a muchos desprevenidos, pero bueno… eso es cosa de cada uno y de la hora a la que quiera llegar/entrar a la sala.

Y sobre las diez y cuarto subía a las tablas el hombre orquesta de Arizona dispuesto a armar un pitote de los suyos. Todo lo que puedas ver en uno de esos vídeo de YouTube, es tal cual en vivo y en directo. Mucho blues, mucha sureñez, mucho cachondeo y un halo de autenticidad envuelven al inefable Bob.

2Seguramente no tuvo su mejor noche sincronizando los pedales de bombo y platillo con su guitarra, y en algún momento se le vio que… bueno, que estaba cumpliendo con su papel en la película. Pero siempre con un oficio y unas ganas de interactuar absolutamente incontestables. Es un artistazo enorme, que mantiene la capacidad de sorpresa y al que se le nota cuándo está cómodo.

Como cuando bajó del escenario y le dio igual que nadie le siguiera (excepto yo, todo hay que decirlo.. por eso tengo la foto) mientras se iba a tocar a los baños de La Boite. Y sí, hizo lo de «I want your shit on my leg» con dos mozas de su hinchada madrileña. En total, una hora y cuarto de show. Bastante justito para un headliner.

En esas salimos a fumar un cigarrillo, y cuando volvimos a entrar, Pelomono ya estaba descargando su ruidazo molón. Pero fue plantarnos frente al escenario, y acabarse el concierto. El público, obviamente se indignó y lo expresó a voces. A mí no me gusta nada cargar las tintas contra los organizadores del bolo, es gente que trabaja muy duro, que siempre intenta que salga lo mejor posible, y a los que debemos agradecerles que le echen horas y horas a montarlo todo a cambio de cuatro perras. Pero lo que no puede ser es que se busquen excusas que no hacen más que aumentar el cabreo. Que si hay que parar a las doce, que si en total ha sido mucho más de hora y meida… Caballeros, el cliente siempre tiene la razón. Y allí fue mucha gente a dejarse los cuartos, saliendo un miércoles de lo más anodino, porque no sólo estaba Bob Log III, sino porque la suma al cartel de Pelomono hacía que de verdad mereciera la pena. Se pudieron haber hecho mejor las cosas, y punto.

Suerte que pudimos desquitarnos un poco, yendo a Wurlitzer Ballroom para ver los últimos temas del concierto de Cuello. Demoledores como siempre, quizá pelín imprecisos (al bajista se le fue la olla un par de veces), pero con su arrolladora presencia intacta. La nota negativa, que no había más de 30 personas viéndoles, siendo una de las mejores bandas de este país.Cuello

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