Mau Boada pasó este jueves por Madrid para presentar su nuevo disco como Esperit!, «La Lluminosa», en el ciclo Space Cadet que se celebra en El Perro de la Parte de Atrás del Coche. Le acompañó Atomizador como telonero, desplegando una mezcla de guitarras juglares con cánticos de aire tropicalista embutidos en mil y un efectos, que tuvo algún momento álgido pero también otros algo monótonos. Lo de Esperit! fue, más que un concierto, la contemplación de un juego entre la música y el hombre.
El hombre orquesta manejó sus instrumentos, loops y efectos con pericia, divirtiéndose por encima de todo. Si clavase todos los tempos -en algunos fragmentos de sus piezas la cosa se iba de un lado o hasta de dos-, el resultado sería algo extraordinario, algo que más gente se tomaría en serio, cosa que podría levantar la popularidad de Esperit!. Pero es que esto no va de la búsqueda de la perfección, qué va. Sólo va de la búsqueda. Además, por mucho que los ritmos pierdan compás, si el bueno de Mau te dirige su sonriente y transparente mirada cuando agarra las baquetas -¡cómo se lo pasa con la batería!- no tienes nada que hacer. Has caído en su encantamiento. Por cierto, Christina Rosenvinge se pasó por allí para marcarse este dueto: