Crítica – MAREA «En mi hambre mando yo»

por

Género: Rock

Sello: Dro/Warner

PUNTUACIÓN: 9

Ahíto de poesía, todo corazón y generosidad, despojado del mundanal ruido y del polvo del camino que se pega en las levitas, se presenta Kutxi Romero, a pecho descubierto, en el sexto elepé de estudio del quinteto de Berriozar. Suben un escalón y se aventuran por territorios de auténtica liga de campeones, vedados al común de los mortales.

Guitarras como cuchillos alumbran un plástico donde reluce el librepensamiento más insobornable, aterciopelados versos iluminan el trasiego con títulos que hablan por si solos: “Sobran bueyes”, “Bienvenido al secadero”, “Plomo en los bolsillos”, rock suave, dulce elixir para conjugar la amargura de tiempos criminales. Esperando “El día que lluevan pianos”, echando la vista atrás cuando ‘la lontananza era limpia y la senda también’, pero amaneció de pronto y los cerdos voladores cayeron de golpe, se extinguió el milagro del ladrillo y quedamos al raso, dando tumbos en la madrugada, por eso Kutxi implora: “Quédate hasta que de mi brazo a torcer y fóllame como si esta noche me fuera a comer las estrellas una a una”. Ebrios de vivencias y lucidez, con el rock’n’roll como estandarte, estos rapaces se marcan nueve avisos para navegantes y una última oración mestiza y trashumante, donde Silvio se cruza con el Agujetas por cetrinas veredas y lloran por soleás ante un mundo tan caduco y vacío.

Ante el paisaje desolador que nos invade, nos dan la bienvenida al vergel que se secó. ‘Asoman al fondo los poligoneros ante el purgatorio de mi naufragar’, ojala nos envuelva la brisa y el arrullo del estruendo nos llevé más allá. “Ojala me quieras libre”.CHAPEAU!!! Nos quitamos el sombrero. No se pueden transmitir más emociones intensas en cuarenta minutos inolvidables.

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