Género: Rock
PUNTUACIÓN: 7
Nueva entrega de rock garagero de los madrileños Layabouts. Un trabajo en el que ahondan en su vertiente de rock sin colorantes. Dentro de la tan trillada escena de pretenciosidad sonora, de voces lánguidas y de textos que quieren desvelar con indecorosas metáforas las apasionantes y melifluas escenas de muchos que nada nuevo tienen que contar, se agradece la supervivencia dentro de las corrientes paralelas a la radiofórmula de bandas como Layabouts.
¿Qué hallaremos, pues, durmiendo plácidamente bajo la carátula de plástico que guarda este LP de tan descriptivo título? Rock, rock, rock. Descargas eléctricas, vibraciones, guitarras con esquirlas, rebabas metálicas, asperezas cuidadosamente perfeccionadas, riffs melódicos sin depurar, sencillez destilada a borbotones en cada nota, púas que rastrillan melodías pegadizas con denuedo. Puntuales rugidos vocales que se alejan afortunadamente de los anémicos gañidos que comienzan a impregnar la escena rockera independiente. Y así hasta completar los 10 cortes con una premisa cada vez más en desuso: concisión.
Una banda, Layabouts, que no esconde que cada una de sus canciones está destinada al directo, “el único que no se puede piratear”, y cuyo discurso es tan honesto como su música. Sonidos primarios para paladares jóvenes con ganas de brincar en una sala atestada, bien ensamblados todos sus componentes para ofrecer un trabajo compacto y sin altibajos. Sin más. A pesar de que dos de los mejores temas del álbum, apertura –“Rock’s dead”- y cierre –“It´s all dead”- contengan un mensaje de marcada visión pesimista, no estamos de acuerdo. El rock descarnado no, no está muerto. Gracias por recordárnoslo.