Entrevista con SHINOFLOW: «Las discográficas pequeñas aspiran a moldearte”

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“Te toca entrevistar a Shinoflow. – No jodas, ¿a quién? – Shinoflow, Carlos Sadness, ha girado con Bebe este verano. Mírate los rostros del año en el País Semanal 2009”. Confieso así mi total ignorancia antes de hablar con Carlos, mi progresivo asombro al reconocerme tarareando al día siguiente alguna canción de “Atraes a los relámpagos”, el nuevo EP que publica ahora de la mano de Sony Music, que supone un paso adelante en su sonido, y la reflexión final, posterior a la charla, de que este músico barcelonés es mucho más que el “tipo que giró con Bebe” y de que en la música, como en todo en esta vida, no se puede ser lector de un único libro.

Deteniéndonos a escuchar el Extended Play, cargado de tonos ocres y de una cierta melancolía, se entiende  tu nombre de pila. No obstante, las nuevas canciones contienen también un tono alegre y positivo a la vez. La nueva versión de “Estoy vivo”, con más instrumentación y arreglos y una producción más cuidada que en “Medias Naranjas y otras mitades”, ¿podría decirse qué es alegre y melancólica a la vez?

Sí, tanto “Estoy vivo” como “Se Fue”, la versión con Bebe, son más positivos. Carlos Sadness es mi nombre adolescente, cuando hacía canciones que tendían más a esa tristeza teenager. Pero no me etiqueto dentro de los que hacen música triste, aunque siempre acaba cayendo un tema sensible y trágico, como el single, que tiene ese punto melancólico.

Estoy vivo, canción que ya figuraba en “Medias Naranjas”, es alegre y melancólica a la vez…

Sí. Cuando yo hago canciones tristes siempre procuro darles un punto alegre, esa mezcla entre tristeza y alegría la que hace que si estás triste te puedan animar y si estás alegre te puedan dejar un poco tocado.

De hecho, la producción es lo que más llama la atención, por novedosa; es el trabajo en el que mayor número de arreglos e instrumentación que has hecho, precisamente un buen ejemplo es la nueva versión de “Estoy vivo”, en el que se nota ese nuevo tono de producción, más alejado del hip-hop de tus anteriores trabajos.

Es principal cambio entre el “Presidente de los Estados de Ánimo” y este trabajo. Así como en la lírica y en la forma de escribir las canciones no hay un cambio notable, sí lo hay en el registro de producción, sobre todo en lo musical, antes utilizaba samplers y dependía en parte de lo que hiciese el productor. Ahora me implico más yo mismo desde el inicio de la canción…

El sonido es nuevo con respecto a tus anteriores obras.

En realidad, llegamos al sonido experimentando. Yo quería que Sergio (Caffeina) metiese una guitarra, terminamos metiendo la guitarra, el bajo…Al final dijimos: “ya está, si metiéndolo todo suena mucho mejor”. Fue atreverse a romper con las bases, atreverse a hacer la música que a mí me gusta y escucho –Interpol, Death Cab for Cutie, Fanfarlo- en casa o en el coche.

Es un disco hecho con libertad absoluta, pues.

Sí, porque lo hice antes de fichar por Sony Music, hace dos meses. No sólo es el EP, de hecho tengo doce o quince canciones terminadas pendientes de acabar de arreglar y producir, pero lo que había hecho lo han aceptado tal y como están.

¿Satisfecho con el resultado entonces?

Sobre todo porque como ahora estoy mucho más implicado en la composición musical, la canción se acerca mucho más a la idea que tengo cuando surge la chispa, cuando agarro esa frase sobre la que quiero escribir un tema. Ahora ya no dependo de hallar una base que se adapte, sino que vamos directamente a buscarla desde cero y hace que las canciones sean mucho más mías.

“Vamos a lanzar algo más, pero también quiero que el EP viva un poco”

Por lo visto tienes más canciones guardadas en el cajón. ¿Habrá LP que amplíe “Atraes a los relámpagos”? La gente lo pide…

El EP es una carta de presentación, porque todavía me quedaba mucho trabajo por hacer en el disco y tenía ganas de mostrarme en este nuevo formato musical. Es corto y creo que es bueno que la gente diga que es corto porque indica que tienen ganas de escuchar más. En eso estoy currando ahora. Vamos a lanzar algo más, pero también quiero que el EP viva un poco porque son canciones que me gustan mucho.

¿Y para cuándo?

A medio plazo: antes de verano sacamos nuevo disco seguro.

¿Y la gira de presentación del nuevo trabajo?

En ello estamos. Supongo que en primavera. Quiero que la promoción tenga un recorrido y no solaparla con la gira.

¿Mejor solo o acompañado?

Bueno, aún estoy tocando con Bebe y supongo que cuando me toque volver a tocar solo cambiará mucho la historia. Con ella tocamos en lugares increíbles, pero increíbles. Para invitar a mi madre. Solo, ya veremos, pero tengo ganas.

¿Cambia mucho pasar de tocar en salas pequeñas a hacerlo en pabellones o estadios?

Yo estaba acostumbrado a tocar para mi público, en salas de taquilla. La gente se sabe tus canciones, es todo maravilloso y no tienes que conquistarles. Haces cualquier cosa y funciona. Sin embargo, tocando con Bebe, has de conquistar a 20.000 personas que no saben nada de ti, siendo consciente de que actúas antes del artista por el que han pagado. Conquistar a ese público desde cero es un desafío.

Te leo algunos de los comentarios que registra el vídeo de “Fue tan importante” en Youtube, pero son sólo unas pocas gotas de agua en un inmenso océano de elogios: se te califica como ‘el amo de la poesía’, un escueto ‘cojonudo’ y un expresivo ‘jodida obra de arte’;  también se alaba el giro que has dado y al mismo tiempo algunos critican la vertiente pop que dicen que desprende el álbum en su conjunto; hay para todos los gustos; ¿Qué nos puedes contar de ese supuesto vuelco?

Entiendo que existe un prejuicio con el tema de las compañías, con los cambios. Me preocuparía si fuese más gente, pero creo que es una minoría. El indie es lo que escucho y lo que me gusta y sinceramente, me parecen más comerciales mis canciones de rap que estas. Para mí son muy experimentales, mucho más personales, más arriesgadas que si compongo una canción de rap sentimental que sé que va a gustar a la gente que escucha rap. Quizá tengan una aceptación más mayoritaria porque son más adultas, porque es un género más minoritario dentro del rap.

El disco lleva poco más de un mes en la calle; ¿cuáles son las perspectivas, las sensaciones?

No he sido nunca de tener unas metas que seguir, ni un deseo, ni un objetivo, por lo que toda buena aceptación me sorprende positivamente. Lo que sí temía un poco es que el público que me sigue no acabara de entender la nueva forma musical. Así como yo mismo he evolucionado hacia ese lado el público ha evolucionado conmigo y nos hemos reencontrado en ese estilo, hacía esas influencias que también son las mías. Lo que hago ahora se parece más a lo que escucho.

“El estilo del disco es un género sin género”

Busques donde busques se te etiqueta como artista de hip-hop; tras la publicación de “Abrazando” se te empieza a encorsetar dentro del género indie e incluso del folk; sin embargo, escuchando por primera vez tus discos parece difícil encasillarte en un estilo concreto, aunque, por supuesto, tu vertiente rapera sobresale en los tonos y en las métricas…

El estilo de este disco es un género sin género. Si he de privarme de algo por no pertenecer a un estilo, me privo. Lo que no puedo hacer es que un estilo me limite, ya sea porque deje de ser rap o deje de ser rock. Por tanto rompamos las reglas de todos los géneros que me gustan y que escucho y quedémonos con lo que más afín sea a mi personalidad y a mis ganas de hacer música.

El disco tiene un componente eminentemente personal en sus letras; parece que no te importa en absoluto desnudar partes de tu ser; ¿queda mucho por desvelar o el Shinoflow que se muestra recoge lo esencial de Carlos?

Las letras que escribo son muy personales y revelan mucho, obvio, aunque tampoco son muy explícitas. Por tanto, revelan mucho y disfrazan mucho a la vez.

Te lo digo porque también he leído que esa faceta de transparencia, de vomitar hasta las frivolidades domésticas, de las redes sociales, que tanto te han dado en tu carrera gracias al boca a boca, no te gusta nada…

Ninguna, ninguna. Soy una persona tímida y como conozco esa vorágine, como he crecido con Internet y las redes sociales y conozco los peligros, la vida privada me la reservo.

Hablemos un poco de las canciones; Las voces dobladas y el sonido del estribillo de “Atraes a los relámpagos” remitirán a muchos a Alaska; no es de extrañar, teniendo en cuenta que desde el pasado año compartes manager con Bebe, un histórico de la Movida como Ignacio ‘Pito’ Cubillas; ¿Habéis llegado a ese sonido en la producción de forma natural o ha sido un hallazgo casual?

De forma totalmente casual. Porque la canción la compuse antes de trabajar con Pito. Me vino un día la cabeza el estribillo y me gustaba, e hice la canción porque había hecho un dibujo que se llamaba así. Pero Alaska no es una influencia para mí; de hecho nunca la he escuchado mucho.

“Se fue”, versión del tema del disco de Bebe, suena aquí más fluida, con más arreglos y matices además del añadido de tu voz, habla de esas miradas fugaces que “sólo la ves una vez en la vida”, una situación que a buen seguro le ha pasado a todos y cada uno de tus seguidores…

“Se Fue” la llevo un poco a mi terreno. Las dos voces le dan mucho color y es mi canción favorita del EP. Bebe componiendo tiene ese grado identificativo con la gente, ese punto pop. Y yo estaba girando con ella y escuchándola le decía: “pero si ésta es la mejor canción de tu disco y no es single ni nada”. Entonces escribí esas frases y a ella le gustaron, de hecho le emocionó, y me dijo: “vamos a hacerlo”.

Por cierto, insistiendo en “Se Fue”, ¿quién te pone el contrapunto femenino en el estribillo?

Los coros son de Zahara, la autora de “Merezco”, la canción de la Vuelta ciclista de 2009.

El breve corte acústico que pone el colofón al EP lo has titulado “Ainsa”, que se puede escuchar en la Red, imagino que un guiño a una zona geográfica, el Pirineo oscense, al que creo que es un lugar especial para ti… ¿Por qué tan fugaz?

Mi familia es de un pueblo de Aragón y Ainsa es mi infancia, el veraneo. La ciudad del Pirineo, el punto de partida de la naturaleza, “Abrazando la tormenta” tiene ese elemento de montaña que además contiene componentes de folk tradicional aragonés y que me apetecía nombrarlo de alguna forma, aunque fuese de forma fugaz, en el disco. Es un punto del viaje.

“Normalmente las canciones las concibo por impulsos; soy desordenado, poco metódico”

Buena parte del disco lo compusiste allí.

La composición la hicimos allí. Subimos y llevamos algunos instrumentos, algunas mandolinas aragonesas para sacar alguna canción allí, pero normalmente las canciones las concibo por impulsos. Se me ocurre una frase antes de dormirme, me desvelo y me pongo a ello.

¿Eres entonces de esa clase de escritores que siempre van libreta en mano anotando cualquier idea súbita, un poeta de lápiz y papel?

Claro, soy desordenado. No soy metódico, no tengo horarios. Puedo estar un mes sin escribir y tampoco me preocupo. En ese sentido soy más de Dalí, más irracional; esos momentos en los que estás en duermevela, cuando te vas a acostar, o cuando te levantas, que tienes ese instante en el que eres más sincero contigo mismo, más irracional, más atrevido, son muy creativos.

¿Duermes con una libreta sobre la mesilla de noche, entonces?

Tal cual.

¿Dónde, en qué lugares, en qué instantes, abrazas la tormenta Carlos?

La primera canción es muy descriptiva. Cerca de Ainsa hay una sierra en la que tan pronto hace un día espléndido de verano como de repente surge una tormenta y se pone a llover. Como estás tan aislado de todo, te da la sensación de que la lluvia está ahí para ti y tienes una especie de romance con esa lluvia. Ese momento es tan evocador de la infancia, de las escapadas con la bici. Es una historia de amor con la lluvia a lo largo de toda tu vida. El EP recoge eso.

Después de aquello, supongo que incluirla en “Se Fue” resultó un paso natural; ¿cómo encajan dos personalidades tan aparentemente opuestas, la Bebe espontánea y el Carlos quizá más introspectivo?

Creo que aunque Bebe pertenece a un mundo musical muy diferente al mío, la esencia de su forma de componer, lo que le inquieta, es al fin y al cabo lo mismo que a mí, la semilla y el carácter, y ahí coincidimos y somos afines.

¿Qué semilla es esa?

Bebe es extrovertida en el escenario, pero al mismo tiempo es alguien sensible a las emociones. Ésa es la semilla común.

Antes, hace alrededor de un año, habías estado con ‘Pito’ Cubillas en Los Ángeles; ¿A qué te dedicaste por allí? ¿Qué sentimientos despertó en ti la ciudad?

Fuimos por los Grammy latinos porque Pito tenía contactos en Los Ángeles, para ver cómo podían orientarnos respecto al público latino. Tuvimos alguna reunión con la gente de EMI de allí, sobre todo de cara a la posibilidad de distribuir el disco allí. Fue como una visita cultural que me sirvió para ver las cosas desde fuera. Fue enriquecedor; vine un poco iluminado.

Lo cierto es que, según se desprende de Internet, tienes una amplia nómina de seguidores en Latinoamérica…

Hasta que no esté allí no sé si será cierto eso. Lo que sí es verdad es que su personalidad está mucho más volcada a la música que la que podamos mostrar aquí. Se nota más el ruido que hacen ellos desde allí que el que se oye desde España. Primero hay que conquistar esto, aunque sí es verdad que las cosas van un poco en paralelo y a pesar de que llegar allí es más difícil, estar con Sony me podría echar un cable para lograrlo.

Tu lista de colaboraciones es larga e incluye homenajes sentidos a autores y grupos señeros de nuestro país–Antonio Vega, Héroes del Silencio- junto a músicos consagrados, pero quizá la de mayor peso sea la realizada el pasado año en el disco de Luis Eduardo Aute, en la canción Quiéreme ¿Cómo surgió aquello?

Bueno, las colaboraciones me gusta hacerlas a mí para otros. Lo de Aute me lo propusieron el primer día que estuve en Sony. Coincidió que estaba él y le enseñaron el vídeo y le gustó. Mis padres son de su generación y lo he escuchado mucho. Como letrista admito su capacidad de escritura, su sensibilidad poética.

“El disco no es ni tan pop como el pop ni tan salvaje como puede ser el rap”

Precisamente compartes con Aute esa faceta de artista multidisciplinar: música, escritura e ilustración; el dibujo es otra de tus formas de expresión; la portada del disco muestra un tipo con cabeza de zorro con unas gigantescas y desproporcionadas orejas, al tiempo que sostiene un ukelele; ¿nos puedes desvelar la metáfora, si la hubiere, o cada cuál que extraiga sus propias conclusiones?

No tiene un mensaje escondido, en realidad. Muestra un zorro porque es un animal que se ve mucho en la zona aragonesa de la que estamos hablando y me gusta porque es un animal más salvaje que un gato pero más dócil que un lobo. La metáfora musical se resume en que el disco no es ni tan pop como el pop ni tan salvaje como puede ser el rap. Aunque no fue una idea preconcebida, no pude evitar conectarlo con la música.

Para un artista cuya materia prima es el lenguaje, la absorción de la escritura de otros,  el despiece del estilo, y la experimentación con lo ajeno hasta conformar un universo propio se antojan elementos indispensables. Haces referencia a lo que te ha influido a la hora de formarte como escritor de canciones, Wilde, Dostoievski o Schopenhauer, entre otros.

Lo de Schopenhauer se lo debo a mi hermana, que estudió Filosofía y siempre me ha ido buscando fragmentos de libros. Schopenhauer escribió “El arte de ser feliz”, que es muy iluminador. De todos modos, de los artistas que admiro me influye tanto su forma de escribir como su forma de vida, su existencia en sí. Me inspiran los pintores para escribir, Van Gogh y su vida, Dalí y su vida, Munch…La vida de Wilde casi me gusta más que su obra.

¿Qué huecos te faltan por cubrir con urgencia?

Tengo ganas de hacer un disco nuevo, una obra completa, más larga. El EP se me ha quedado un poquito corto a mí también.

Wilde, uno de tus referentes, decía que sólo un necio no juzga por las apariencias; ¿hay mucha fachada en la industria musical?

Si he de ser sincero, me he entendido mejor con Sony que ningún otro sello pequeño. Aquí aceptan lo que eres porque ya poseen sus productos. ¿Por qué van a hacer de ti un producto si lo tuyo originalmente funciona? Sin embargo las compañías pequeñas aspiran siempre a moldearte.

¿Varían significativamente tus gustos artísticos con el tiempo o simplemente se expanden?

Siempre hay grupos nuevos que te llaman la atención, estilos que pueden enganchar más con una época particular de tu vida, pero siempre te acaban gustando los mismos tipos de canciones, ya sean de géneros distintos, pero determinadas temáticas y las melodías siempre terminan seduciéndote. He evolucionado en los grupos, pero si me gustaba hace cuatro años Placebo, después llegué a Interpol y ahora Death Cab for Cutie, aunque su sonido sea en su género diferente, lo que me transmiten los tres es parecido. Cambia la forma pero el contenido sigue siendo el mismo desde una óptica personal.

Llevas haciendo música desde los 14 años…

Yo digo que tomándomelo en serio…hace un mes (risas). Fue siempre una ilusión, sobre la que nunca hice excesivo hincapié hasta que terminé de estudiar.

¿Recuerdas el momento en el que tu vida hizo ‘click’, el punto de inflexión instantáneo en el que supiste qué camino querías tomar y que no era otro que el musical?

En el instituto, con los amigos y proponer hacer un grupo de rock, preguntar: “¿a quién le gustaría aprender a tocar algo? Ser cantante o aspirar a entrar en el mundo del espectáculo nunca fue una vocación que tuviese desde niño; ser ilustrador o pintor, quizá sí.

¿Qué queda del crío que se subió a un escenario a improvisar y dejó a la audiencia boquiabierta?

La naturalidad. Cambian las formas, lo que expresas puede cambiar, pero si la fórmula de lo que haces es ser tú, yo era lo que era en aquel entonces. Ahora soy más, porque me conozco mejor.

¿No se reniega del pasado? Me explico, en un momento dado pinchas un disco, te paras y piensas, joder, ¿cómo podía gustarme tanto esto?

Si hablamos de diez años tras, te puedes llegar a sorprender, pero creo que no. Todo forma parte de ti, es una aprendizaje, un recorrido hacia la madurez mientras no te arrepientas de lo que has sido. Maduro poco a poco y por tanto no noto cambios bruscos.

Antes de dedicarte por completo a la música, trabajaste como creativo de publicidad. ¿Ya te has dado cuenta de que puedes vivir de tu música?

Cuando acabé la universidad, como me había sacado la carrera rápido, decidí dedicar un año a la música. Si salía bien y si no, pues nada. En casa tampoco hubo muy malas caras, pero nunca se tomaron muy en serio que me dedicase profesionalmente a la música. El otro día toqué en el Palau de la Música y vino mi madre, pero como era con Bebe pues tampoco acaba de creérselo…

En todo caso, no ha ido mal la decisión…

(Risas) Bueno, eso todavía está por ver. Queda mucho curro.

He leído por ahí en alguna entrevista que cuando publicaste el Presidente, con apenas veinte años, aún no conocías “el peso de algunas responsabilidades muy duras”. Más de tres años después, ¿qué ha cambiado en tu vida?

Hace tiempo experimenté, tres o cuatro años atrás, el efecto que produce que tu música la escuche el público. Ahora la escucha más gente, pero fue entonces cuando me di cuenta de que mostrarte conduce a que la gente opine. No hace falta ser Bisbal para que la gente opine sobre ti. Exponerte a la opinión de los demás te acaba por fortalecer, te hace un poco impermeable: ni eres el dios de la poesía que creen unos ni tampoco la auténtica basura que otros te dicen que eres

¿Te tomas muy en serio a ti mismo?

No sé ser serio. Quería ser humorista; soy un poco payaso. No me tomo muy en serio.

¿Qué te pone de mala leche?

Soy paciente pero crítico conmigo mismo a la vez. Si me pongo de mala leche por algo es por algo relacionado conmigo. Pero no soy de muy de enfadarme.

“Mi voz crítica no la canalizo por la música”

La crítica define tu obra y tu estilo como muy personal e inclasificable; lo que escribes pasa de dentro afuera y entre medias hay un tamiz que es tu propia experiencia; ¿para cuándo un viaje en sentido contrario, de fuera adentro, con un Shinoflow más reivindicativo que muestre sus demonios sociales en próximos trabajos?

Esa voz crítica no la canalizo por la música. Para eso están muy bien las redes sociales, donde puedes escribir una opinión y que le llegue a mucha gente. Pero siempre he tenido una inclinación hacia la música atemporal, hacia las cosas que no caducan, tipo Beatles, o hacia la literatura atemporal. Sí es cierto que lo que digo puede ser un poco contradictorio, porque también existe poesía social atemporal. En ese caso, es una asignatura pendiente que tengo y no la descarto, pero de momento insisto en que hay que tratar de ser natural y no forzar las cosas. Es lo mismo que hacer canciones de amor; hay que hilar muy fino para no componer una pastelada y con la música de componente social ocurre otro tanto: si eres típico u obvio puedes dar vergüenza. El espejo son los cantautores españoles, que supieron disfrazar esa vertiente social con la poesía. Requiere experiencia y maestría lingüística para hacerlo bien.

“La industria se va a quedar atrás si no va con el avance de Internet”

Dejamos para el final el tema candente de la actualidad: la piratería, la nueva ley antidescargas y el conflicto generalizado entre internautas e Industria del entretenimiento. Entiendo que a los artistas os emocione y os satisfaga ver y tocar el fruto de vuestro trabajo del mismo modo que ganaros la vida dignamente con él; la tendencia parece abocar un cambio gradual de los formatos físicos a lo virtuales; paradójicamente hay en leve repunte de los vinilos gracias a los nostálgicos, ¿estamos ante el cadalso de la industria discográfica tradicional?

Del concepto de industria tradicional, sí. La industria se va a quedar atrás si no va con ello, con ese avance. SI yo he encontrado un hueco en la música ha sido gracias a Internet, por lo tanto jamás puedo oponerme a lo que me ha dado la oportunidad. Entiendo que hay gente que haya llegado por otros medios, pero en mi caso, con eso te lo digo todo.

¿Los formatos físicos acabarán por desaparecer?

Podría ocurrir. ¿Qué hacen los chavales con un cd hoy en día? ¿Dónde lo meten? En el móvil no cabe. Y si tienes un formato y además necesitas un reproductor que no usas…No vamos  a poner nadie la espada en el cuello para que compre un cd. Yo he crecido con los discos, y me encantaba comprarme el disco e ir leyéndome las letras en el autobús hasta que llegaba a casa y podía ponerlo. Ahora eso casi no existe y lo entiendo.

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