Un nuevo espacio se abre con fuerza para la música en Madrid. Se trata del Hipódromo de la Zarzuela, lugar habitual en las carreras de caballos y para los aficionados a las apuestas hípicas; el restaurado recinto de Puerta Hierro acoge dentro de una semana semana el FESTIVAL TOMAVISTAS 2014, un evento que reúne a reconocidos artistas como Triángulo de Amor Bizarro, El Columpio Asesino, Guadalupe Plata, NudoZurdo, Mucho, Pasajero, o la nueva sensación del género León Benavente, un certamen que los aficionados a este tipo de música no deberían perderse, pues se realiza en un entorno privilegiado (con ambiente de terrazas muy pijo) y buena organización en líneas generales.
Kiko Veneno y Los Enemigos estrenaron el recinto el pasado viernes 27 de junio, protagonizando un cálido recital donde el antaño componente de Veneno dio rienda suelta a toda la rumba y el flamenquito que lleva dentro, en una descarga algo más rockera de lo habitual, donde no faltaron clásicos como “Menfis Blues”, “Hace calor”, “Dame Veneno”… antecedidas de otras coplillas como “La rama de Barcelona”, “Mala Suerte”, “La vida es dulce” o la sempiterna “Dame Veneno” con la que puso la guinda a un show muy aplaudido entre los asistentes.
Buen contraste con el plato fuerte que vino después. Los Enemigos fueron harina de otro costal. Un concierto rocanrolero en toda regla, donde desgranaron venticuatro rolas que no dejaron indiferente al personal. Siempre he pensado que un concierto de Josele Santiago, Fino Oyonarte, Chema Pérez y Manolo Venítez es como ver a Los Porretas o al maestro Rosendo, pero con menos gracia. A lo mejor seré yo, que no logro conectar con las letras del cuarteto madrileño, pero mientras con Los Porretas (donde también
destaca Manolo Benítez como guitarra solista) me divierto una barbaridad, algo así como zamparte una buena ración de papas alioli, que luego repiten una barbaridad, entre el ajo, el perejil y la mayonesa… con el cuarteto que nos ocupa, las digestiones son más sencillas. Aun así, disfruté bastante con canciones como “Señora” (versión de Serrat) o con clásicos de la talla de “Carnaval”, “Desde el jergón”, “Septiembre”, Vida inteligente”… hasta
llegar a ese pistolero inmortal, “John Wayne”, en duelo sin igual entre el césped de la pista que teníamos la lado, y el oeste polvoriento del pequeño escenario, embutido en uno de los laterales. Bolo sencillo pero a la vez “Complejo”, buena pieza con la que echaron el cierre a un encuentro que dejó un excelente sabor de boca entre los aficionados desplazados al Hipódromo.
Pudimos disfrutar de una velada sin par de rocanrol y sonidos mestizos… La vuelta a casa se nos antojó más complicada (la entrada incluía un bono de 10 euros en determinados Taxis, descargándote el programa Hail O en el Móvil) pero no hizo falta, ya que nuestra buena amiga Isabel se tiró al rollo y nos acercó a la capital. Aviso a navegantes, no hubo transporte público al finalizar el evento, así que mejor vayan preparados monetariamente para la aventura.