Crítica – RODRIGO MERCADO «Puntualmente demora»

por

Rodrigo_Mercado-Puntualmente_Demora-FrontalGénero: Rock

Sello: Dro / Warner

/ 10

Tras su anterior aventura con Ganyahmun, el hijo de Rosendo se lanza a tumba abierta por un tobogán de funk y reggae a manos llenas, con aderezo de rap, en su debut en solitario, en un elepé muy ecléctico y difícil de encasillar.

Sorpresivo plástico que podían haber servido en bandeja de plata los madrileños Hechos Contra el Decoro, un combo emblemático en esto de la fusión multicultural, pero este muchacho quiere romper fronteras estilísticas y se pronuncia con “Puntual demora / Por la ribera” de lo que se lleva hoy en día. Si Farrell Williams ha lanzado su canto de felicidad universal, “Happy”, llegando a las esquinas más recónditas del planeta, Rodrigo Mercado se alza como un Jamiroquai en versión castiza, marcándose a pachas con su viejo (un curtido rockero de larga melena fosca, plateada por el paso de los años, legendario fajador a la vieja usanza, que no necesita presentación, alma máter del rock urbano por estos pagos…) un tema muy “Sensible” en lo que se refiere al fundamento de nuestro ser. Y como contraposición, qué duda cabe, ahora se lleva el mestizaje y el buen rollito. Es cuestión generacional.

“Somos víctimas de un sentimiento tóxico y contaminado”, canta nuestro protagonista en el noveno corte del disco. Qué decir del medio ambiente (y de nuestra corrompida sociedad), hasta el más tonto del lugar visualiza que no pasa por sus mejores momentos. Pero el disco no da la chapa con esos temas tristes, si acaso pequeñas pinceladas de realidad. Por la senda del “Astro Rey” con Fito Cabrales como invitado de lujo, se desliza este joven lleno de talento: “No sé que decir, si hoy callar es vencer…” masculla en un blues susurrante, aunque después de las dudas, “No sé” y de tanta “Mentira” (pedazo de tema que bien podría suscribir su progenitor) donde no da puntada sin hilo, después del chaparrón de promesas incumplidas de los falsarios que nos desgobiernan, de ilusiones que se desvanecen como lágrimas en la lluvia, finalmente sale el sol en la perla del caribe, “No pararé (es mi lugar)”, donde hasta los disminuidos salen a mover el esqueleto en la pista de baile. Estupenda “Brisa” la que se respira en este trabajo, que cuesta más de una escucha a los apegados a otras sonoridades. Viaje a territorios soleados, donde el agua clara chapotea por los surcos. Acostumbrados al mal tiempo, a la cocina casera y al rock’n’roll asilvestrado, debemos cambiar el chip, si queremos paladear en toda su extensión este complejo y sabroso plato.

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