Nunca me ha gustado usar ese tópico de “quien tuvo, retuvo”, pero esta vez es obligatorio porque lo dice todo del ex The Commotions Lloyd Cole y su “Standards”, uno de los mejores discos del año pasado, que el próximo jueves presenta en el Teatro Lara de Madrid. Nos encontramos con él en un hotel del centro de Madrid, y nada más llegar se impone el ambiente distendido. “Esa camiseta es de Queens of the Stone Age, ¿verdad? Me gustan, y Josh Homme es un tipo divertidísimo. ¿Sabes que se pusieron el nombre de QOTSA por una canción mía? Sí, sí, por “Kids Today”. Mira la letra y verás”.
“Standards” es un gran disco, a la primera escucha ya resulta incluso familiar. ¿Cómo fue para ti componer y grabar estos temas?
Escribí la mayoría de ellos entre 2011 y 2012. Algunas canciones, entre septiembre y octubre de 2012, en diez semanas. Aunque no parezca un proceso rápido, para mí lo fue. Normalmente tardo bastante en terminar de escribir todas las canciones de un disco. El proceso de grabación fue en varias partes. La primera en Los Angeles, en diez días. Llegué allí sin demos, quería que llegaran lo menos sobadas posible, y me propuse buscar una atmósfera similar a la de “Blonde on Blonde”. El resto se grabó en Massachussets y Nueva York durante diez semanas. Eso sí se alargó un poquito. La mezcla final se hizo en Alemania.
¿Escribiste estas canciones con un método, con disciplina, o dejándote llevar cuando venían las musas?
Ese tema es interesante, porque creo que la inspiración no es algo que se pueda tener bajo control. Si tienes una idea, debes escribirla inmediatamente. Esa es mi disciplina. Pero curiosamente, al escribir ese tema se te puede encender una bombilla que ilumine el camino a seguir con la siguiente, y así puede haber, con un poco de suerte, una cadena de ideas que enlace todo el álbum. Entonces ya estás creando un método, sin darte cuenta. Pero también hubo disciplina para este disco, me encerraba en mi ático todas las noches a la misma hora, y esperaba a que sucediera lo que acabo de explicar. Durante diez semanas no paré de repetir la rutina, y funcionó. Aunque tengo que decir que veces escribía una canción en una hora, pero otras veces me llevaba una semana entera. La cuestión es que durante un tiempo pensé que las que salían en poco tiempo eran más puras, más poéticas, pero ahora pienso que eso no son más que gilipolleces.
El disco suena extremadamente orgánico, humano, eso me encanta. Quizá haber llegado al estudio sin demos ayudó en ese sentido ¿no?
Sí, eso y que toqué en directo, de verdad, con mis amigos. Y también que no somos músicos perfectos, ¡jaja!, y quisimos reflejar esa naturalidad. La búsqueda de la perfección es algo horrible, sobre todo porque es algo que no existe. Cuando pienso en Steely Dan, por ejemplo, que eran famosos por tirarse una semana grabando un estribillo, me horroriza. Preferiría estar muerto a tener que hacer eso, ¡jaja!
No publicabas nada de 1995… Comentas mucho que escuchar el fantástico “Tempest” de Bob Dylan te cargó las pilas para grabar este disco.
Sí. Es que además de ser un álbum increíble de principio a fin, me hace pensar… ¿este tipo sabe lo viejo que es, o es que acaso le da igual? Exacto, le da igual. Pues a mí también debería darme igual, joder. Creo que he estado años cometiendo un grave error, preocupándome demasiado por esta cuestión de la edad y la conveniencia de hacer rock’n’roll. Todavía me causa recelo la idea alguien haciendo rock’n’roll por encima de los 50 años, pero al menos ya reconozco que es un prejuicio mío, absurdo, que tengo que eliminar de mi cabeza. En “Standards” he hecho precisamente eso, no pensar en si debería hacerlo o no teniendo más de 50 años. Lo he hecho, y punto.
Nick Lowe me dijo una vez algo parecido.
Él es un tipo sabio, seguro que llegó a esta conclusión antes que yo, ¡jaja!
Por cierto, el orden de las canciones me parece ideal, abriendo con ese “California Earthwuake” de John Hartford, a quien por cierto no conocía.
No sé si es el ideal, eso suele ser un dolor de cabeza para los músicos… Cuando lo tuvimos terminado, me dije “ok, está bien, esto refleja lo que quería transmitir”. Espero que sea ideal como dices. Es curioso porque le entregué la lista a uno de mis mejores amigos, en quien confío mucho para estas cosas, y lo cambió poniendo esa canción al principio. Yo le dije, “¿seguro que quieres abrir el disco con una versión?”. Me contestó que no sabía que “California Earthquake” era una versión, que la había elegido porque le parecía la mejor para arrancar. Y ahora no me imagino otra mejor para eso. Yo pensaba que era una canción de Mamas & The Papas, pero no, es de Hartford, un artista poco conocido.
«Me propusieron hacer un proyecto de música dance con Nile Rodgers, pero ese no hubiera sido yo»
“Myrtle & Rose” es de mis favoritas. Pero es muy, muy emocional e intensa…
Sí, ¡jaja! No es de las de fácil digestión, no. Estoy orgulloso de la letra de esa canción. Me alegra que digas eso porque creo que una de las misiones del songwriter es proveer de elementos que permitan abrir una vía emocional para contactar con el oyente.
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Hace poco había quien decía que los singer-songwriter eran una especie en extinción. Hoy, eso parece una tontería, ¿no crees?
Bueno, he usado la palabra singer-songwriter para entendernos, en realidad no me gusta. Me hace pensar en gente como Christopher Cross, ¡jaja! Prefiero verme a mí mismo como un cantante que canta sus canciones. Lo de singer-songwriter está sobrevalorado, ¿qué pasa que no te gusta Elvis Presley? Él apenas escribió nada y es el mejor, mucho mejor que un song-writer tocayo suyo, Costello.
¿Hay algo que se arrepienta de no haber hecho en este disco?
Pues sí, de no haber logrado que David Bowie cantase en él. En serio, quería que me hiciese unos coros en una canción. Poco tiempo antes de que David volviera a salir a la luz pública, contacté con su oficina de Management y la respuesta fue: “David no va a cantar nada de momento”. En ese momento no lo entendí, pero está claro que estaba preparando el enorme lanzamiento de su nuevo disco. Él es mi corista favorito, sus coros en “Lust for life” o “Transformers” son geniales.
No puedo terminar sin preguntar: ¿la reunión de The Commotions en 2004 fue la última?
Nunca digas nunca. Pero tendría que ser por algún motivo más aparte del dinero. No sé, algún evento extraño, inesperado y sorprendente.
¿Qué tiene la carrera de Lloyd Cole para haber conseguido ser tan larga?
Uno de los secretos es no pensar mucho en ello. El otro, no hacer caso a los que quieren cambiar tu personalidad o tus decisiones más personales. Ha habido mucha gente en este negocio que me decía que si hacía mis discos de tal o cual manera, mi carrera se acabaría. Bien, no les hice caso y aquí estoy. De hecho, creo que estaban tan equivocados que mi carrera se hubiera acabado precisamente si les hubiese hecho caso. Se me llegó a sugerir que hiciese un proyecto dance con Nile Rodgers… pero ese no sería yo. Yo soy un esclavo de mis canciones, no al revés.
Pero, ¿le ha faltado algo en su carrera?
Mmm (piensa largo rato). The Commotions deberíamos haber tenido al menos un número uno. Y no lo tuvimos. A mi edad ya no considero la posibilidad de conseguirlo, pero… tengo que confesar que sigo pensando en ello ¡jajaja!