Sello: Mexican Summer / Music as usual
9/10
Con enorme perspicacia compositiva, eficaces influencias del sonido Canterbury y una dulce androginia vocal, el artista de Brooklyn armoniza jazz, folk y psicodelia en un doom-pop complejo, profundo, ritual y, lo mejor todo, enigmáticamente infeccioso.
Hay algo que hace de este disco una experiencia muy cercana para el oyente. Íntima, por momentos brutalmente introspectiva, pero también hay despegues espaciales que hacen recordar esos maravillosos estados alterados de la consciencia. Todo ello sin perder un pulso rítmico arrebatador, cruzado por melodías que parecen brotar de sueños paladeados en un mundo propio de las fantasías de Lewis Carroll.
Wexler usa su voz como un instrumento musical más, buscando el fonema ideal en cada instante, fusionándose con el trabajo, excepcional por otra parte, de sus colaboradores, músicos de la Nueva York más bohemia y experimental. Juntos trazan uno de los discos del año, con diamantes como “Lens” o «Glyph» que se clavarán en tu hipocampo sin remedio, provocándote un exorcismo en el sentido más placentero de la palabra, que lo hay…
Este es sólo su segundo trabajo, pero todo suena a corpus íntegro y elaborado concienzudamente durante años, que respira con gran naturalidad, bien entrenado. Pero aquí hay más talento que práctica, amigos. Y eso, da para esperar mucho más de este tipo que ya forma parte del elenco más brillante de los cantautores de esta década.