Género: Rock
Sello: Ear Music
PUNTUACIÓN: 7,5
El ex cantante de White Lion vuelve por sus fueros con un disco muy rocanrolero, intentando escarbar en las raíces del éxito (logrado antaño) y buscar su lugar en la escena rockera de hoy en día, tan quebrada y atomizada. En el Apocalipsis Now cotidiano de medianías que castigan nuestros oídos hoy en día, se hace tremendamente cierto el viejo aforismo de quien tuvo, retuvo. Mike Tramp, con tres carreras artísticas a sus espaldas (White Lion, Freak of Nature, Rock’N’Roll Circuz) demuestra que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Que pese al polvo del camino, lo aprendido en estos años (séptimo disco desde que inició su carrera en solitario) supera a los condicionantes de estos tiempos amargos y confusos. Tira de manual en un plástico con resonancias dispares (Gun, Thunder, Aerosmith) que muestran el máximo común denominador en su querencia indisumulada por REM y esas guitarras atmosféricas que tanto juego dan al álbum. Y es que el rubio cantante, llegado a su madurez, seguro que se ha planteado que si la fórmula da tan buenos resultados a la banda de Athens, por que no le va a funcionar en su Circo danés. Atentos a canciones como “Distance”, “Wish you well”, “The soldier never started a war” que ponen de manifiesto que los serpenteantes fraseos de su tocayo Michael Stipe pueden tener segundas y terceras lecturas, más eléctricas y poderosas, en un play-boy que lleva el radar del amor (al rock) incorporado de serie.
POR CIERTO, TRAMP VIENE A ESPAÑA EN NOVIEMBRE A PRESENTARLO: 24 Madrid, 25 Valladolid, 26 Valencia y 27 Barcelona (entradas AQUÍ)
