Crítica – HABEAS CORPUS «O todo o nada»

por
Sello: Maldito Records
Género: Rap-Metal
PUNTUACIÓN: 8

Los madrileños Habeas Corpus vuelven a la senda del rock con mayúsculas en su noveno elepé. Si siempre se han caracterizado por ser una banda súper cañera, insobornables estandartes del anti-fascismo en el rock estatal, un GRUPO DE RIESGO, como se califican ellos mismos, llevaban unos años coqueteando con los sonidos más extremos, muy en la línea de Soziedad Alkoholika, combo amigo que les influyó más de la cuenta en discos como «Basado en una historia real»(06) y sobre todo, «Justicia» (08). Es decir, metal abrasivo rozando los tonos guturales de formaciones como Slayer en muchas tonadas, lo que hurtaba cierto protagonismo al texto y de este modo, se diluía parte del mensaje, pues las letras (tan importantes y decisivas) costaba entenderlas con cierta claridad, sobre todo en directo, trituradas en esas tesituras de pura lija y lava volcánica. De algún modo, en este disco vuelven a los orígenes (sin tanto rap), al punk-rock por derecho (a sendas ya exploradas por Reincidentes) y al metal-melódico. En este álbum, bastante influenciado por el sonido de bandas como Manic Street Preachers, pero en duro, ofrecen una lógica dialéctica puramente hegeliana, de amor y odio. El título ya lo dice todo: regresan a la filosofía de «A las cosas por su nombre»(00), su mejor trabajo hasta la fecha. La canción que da título bien pudiera ser la traducción del «No hay tregua» de Barricada al 2011; desde la perspectiva de un militante de la lucha armada, cuentan el dolor, el no futuro de una vida entre rejas, una vida de renuncias, sin saber si al final servirá de algo, tener que abandonarlo todo y sacrificarlo todo, ‘hartos de contemplar nuestra agonía’. Una temática (y una portada) arriesgada, sin duda, que pocos se atreven ni siquiera a perfilar. Y más en estos tiempos terribles, donde tratar estas cuestiones puede costar una querella judicial por enaltecimiento del terrorismo, interpuesta por los grupos de presión por todos conocidos. Pero no es el único tema explosivo del disco, pues en «Fanáticos católicos» se atreven a cargar contra el otro lado del espectro, denunciando el integrismo religioso que nos es tan cercano y familiar… «Que viva Cristo Rey, los mozos santurrones, las beatas del cuché… sois los nuevos guardianes… familia y tradición, vuestra cara es vuestra cruz, dios os espera en una ataúd». Canciones de combate en un plástico que no da tregua, con cortes tan hondos como «Perdimos la ocasión», «Bastardos de salón», «La democracia es una farsa», «Antes morir que vivir muertos» o los ya citados. Por último, cabe destacar que el nombre de la banda no es gratuito: El Habeas Corpus es la base del derecho penal en un estado civilizado. Una institución jurídica que data de 1679 y que consiste en la facultad que posee una persona detenida a ser puesta a disposición judicial en un plazo máximo establecido (72 horas dicta nuestro código penal). Establecido para evitar arrestos arbitrarios (también para evitar torturas y malos tratos) y para que la policía no pueda secuestrar impunemente ciudadanos. Es importante subrayar que este derecho fue puesto en cuestión tras el 11-S, y suspendido temporalmente en Reino Unido para casos de terrorismo, lo que causó un gran escándalo, ya que contravenía La Convención Europea de los Derechos Humanos. Que a nadie se le olvide esto, pues si no cualquiera día nos podemos ver como en el Chile de Pinochet, en la Argentina de Videla, o porque no, en la España de Franco, más una época donde la mayoría de la población mira ante otro lado ante el dolor ajeno. Contemplamos a diario el caso de Palestina, abandonada a su suerte, y de tantos otros países. Ya lo enunció Bertold Bretch: «Primero vinieron a por los comunistas, luego a por los judíos y más tarde a por los homosexuales, pero yo no hice nada, ahora vienen a por mí, pero ya es tarde…» y no está de más recordar que así empezó el nazismo. En 2011, más que nunca, podemos gritar bien alto: HABEAS CORPUS, grupo imprescindible, GRUPO DE RIESGO.

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