La Asociación de Músicos de Madrid ha querido agradecer al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, su decisión de no regular el ejercicio de la música callejera mediante un sistema de autorizaciones, según recogía el artículo 41 de una Ordenanza de Protección contra la contaminación acústica cuyo proyecto inicial se aprobó el pasado 18 de noviembre en la Junta de Gobierno de la ciudad. Dicho artículo, que ahora ha sido modificado, establecía lo siguiente: «no se permitirán en el medio ambiente exterior, ya se trate de espacios y vías públicas o de espacios abiertos de titularidad privada, actuaciones en las que se empleen instrumentos musicales, elementos de percusión, amplificación o de reproducción sonora». Según ha destacado uno de los cofundadores de la asociación y miembro de la agrupación musical ‘Desvarietes Orquestina’, Scott A. Singer, el texto ha sido modificado en sus cuestiones más controvertidas tales como el sometimiento de la música en las calles a autorización administrativa previa bajo pena de multa. El músico ha señalado que aplauden también la cláusula que establece que «no podrán ocasionar molestias que impidan el descanso de los vecinos» pero, eso sí, siempre que «esta cláusula sirva para evitar las molestias causadas por personas que utilizan el pretexto de un instrumento musical para mendigar y acosar a las personas en terrazas y plazas más señaladas de la ciudad». En la misma línea, la también artista callejera y cofundadora de la asociación, Pía Tedesco, de la agrupación ‘Uke Swingers’, ha destacado que no son «contaminación» y que deben diferenciarse de las «redes de mendicidad». No obstante, ha reconocido la dificultad de la regulación del ejercicio de la música en la calle entre los que son músicos profesionales y los que no.
Los músicos callejeros de Madrid respiran tranquilos
