Género: Rock, Country
Sello: Ernie Records
7,75/10
Delicioso cuarto disco de los de Baiona. Exquisito, por momentos. Los aromas de Buffalo Springfield y The Band revolotean por estas canciones llenas de frescura que conforman una historia con principio y fin, y en la que la lengua inglesa suena completamente legítima.
Aunque no soy de los que gusta oír bandas que emplean idiomas ajenos al que hablan cada día, en este caso no hay chirrido. A compañeros de sello como Holywater, por ejemplo, preferiría escucharlos cantar en castellano, pero a Niño y Pistola es mucho más fácil creérselos.
El disco arranca sedoso, plácido, con una atmósfera que recuerda a los catalanes psicodélicos Cuchillo, para después sumergirse en las profundidades del Sur americano con un brío estupendo, muy lejos de ese piñón fijo que afecta a otras bandas de similar pelaje. Después del country neoclásico de “I used to drive a truck” o el rock americano de “Fifty dollars in my hand”, resulta sorprendente cómo entra una cabalgada de corte heavy en “By the Grace of God”, el cuarto tema, sin romper lo más mínimo el equilibrio de harmoniums (con la aportación de Charly Bautista, colaborador de bandas como Egon Soda), acústicas y pedal-steels; y joyas como «Back in the years», «Indian Song» o «Follow the white stones» se enlazan unas con otras, sin cortes, desarrollando dinámicas muy a lo Black Crowes que atrapan por completo.
Las alusiones a los grupos citados como influencia al principio de esta crítica abundan no sólo en lo musical. El título del disco es el tercer verso de “For what it’s worth”, de Buffalo Springfield, y el primer fraseo de “And then the rain started” es clavado al de “The Weight” de The Band. En este nuevo trabajo de Niño y Pistola quizá se echen en falta más aptitudes corales que apunten a las desplegadas por aquellos mitos (esos celestiales empastamientos de voces), pero el resultado es muy pero que muy digno de compra, si eres amante de los sonidos puros, orgánicos, con sólida raíz.
