Crítica – STATUS QUO «Quid Pro Quo»

por

Género: Rock

Sello: Ear Music / Edel

PUNTUACIÓN: 7,5

Si hay un grupo incombustible en el rock’n’roll británico esos son Status Quo. Tan ingleses como el té con pastas a media tarde, la banda de Francis Rossi, Alan Lancaster, Rick Parfitt y compañía… lleva dando caña desde 1967, con veintinueve elepés de estudio publicados, cuatro directos, y varios recopilatorios multi-platino a sus espaldas.

Ahora nos proponen darnos algo a cambio de algo, repitiendo la misma fórmula que les ha hecho célebres en los cinco continentes. Ellos hacen canciones rocanroleras como una gallina pone huevos, y no quiero decir con esto que sean temas vulgares o mediocres, tanto Status comos sus avezados discípulos los Ramones, demostraron que con tres acordes se pueden hacer maravillas, si hay el talento suficiente. Al fin y al cabo a quien no le seduce una buena tortilla francesa y también la autóctona (la de patatas), -ambas nos gustan a rabiar-, y su fórmula es de lo más sencilla. El secreto está en los ingredientes (que sean frescos), en la elaboración (artesana) y que no echen productos artificiales, la ‘huevina’, que deja el rico manjar convertido en un ladrillo para paladares planos. En las capas de patata, huevos y cebolla en su justo punto. También en las capas de ritmo, con una buena base y guitarras bien elaboradas. Eso mismo ocurre con las canciones de Status Quo, y si me apuran con las de AC/DC, ¿para que cambiar si la receta si esta funciona?. En esta ocasión, nos proponen catorce perlas cultivadas, entre las que destacan “Two Way Traffic”, “Rock‘n’Roll‘n’You”, “Dust to gold”, “Let’s rock”… más una versión alternativa del clásico “In the army now”. Nos recuerdan de paso cuan pérfida era la puta mili (y las guerras en general) y que el rock -como la vida misma- es un camino de dos direcciones (la dicotomía entre el verdadero y el falso metal), invitándonos al Carpe Diem, a disfrutar de las horas y a rocanrolear con un álbum muy marchoso y movidito. Que el mejor remedio contra la tristeza es mover el esqueleto y las caderas ‘adelante y atrás’ como entonan con gracejo castizo nuestros particulares Burning. Es solo rock’n’roll pero nos encanta.

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