Motivos para vivir, y entre ellos el Canela Party. Qué bonito compartir unos días con todos vosotros, buena compañía solera, momentos eternos de rock&roll que me hacen llorar de alegría y felicidad momentánea.
Porque si realmente hemos venido aquí por un momento ha sido por cosas como esta. Buena gente, mezcolanza ibérica de la buena, si algo define al Canela Party es el buen rollazo que te encuentras en cada paso que das. Y qué decir de la música, sobran las palabras.
Nosotros llegamos un día tarde, el jueves, y nos bendecimos con Pony Bravo. Graná en mis venas y por siempre, señor conciertaco que se marcaron los sevillanos con sus ya míticas canciones que hicieron levantar el ánimo de todos los allí presentes. «Político Neoliberal», «Ninja de fuego» y «Noche de setas» como dios manda.
Y es que llevaban un tiempo sin girar, pero están de vuelta, y cómo ellos mismos nos contaron el acerbo popular de su ciudad natal ha sido una de las razones para hacer su música. Flamenco rock como pocas veces se ha hecho. Y mira que si bajo de espaldas no me da miedo, porque de su primer álbum se tocaron poco o nada, pero qué más da, siguen siendo geniales de cabo a rabo.
De su «cambio» estilístico desde su tercer álbum nos dijeron que se dejaron llevar, que su cuerpo se lo pedía de alguna manera, y es que atraparon a más peña insospechada alejada de la melomanía. Buenas fiestas a cargo de la Rave De Dios y de mi DNI.
Y cómo faltan los colegas cuando te faltan, y esto es un saludo al rockandroll, disfrutar de la vida con rock y amistad vale mucho más, y así lo aclaman nuestros queridos Mujeres que tuvieron que parar su bolo por motivos de seguridad atendiendo a la ventolera que llegó a Torremolinos sobre las 22:30 del último día del festival.
Pero antes ocurrió lo que para nosotros fue uno de los momentos más épicos de nuestra experiencia musical. El concierto de los OH SEES. Qué brutalidad, lágrimas que caen sobre el estupor de semejante arte. Porque lo que hacen los de San Francisco no es etiquetable, es sencillamente una obra artística digna de estudio en las facultades de historia del arte. Y llamarme friki pero estoy realmente convencido de ello. Los mismos King Gizzard han reconocido que mucho de su sonido se los deben a los californianos.
Fotos y vídeos podríamos colgar para reflejar el festival, pero nuestro sentimiento se reduce a esta manera de vivir la vida, sin florituras de vez en cuando. Cuántas frases inolvidables nos han dicho en este festival, porque al fin y al cabo somos con quien nos juntamos, y por suerte en el Canela te cruzas con gente de la buena.
Y así llegamos al último día del festival, espetos a parte. King Gizzard and the Lizard Wizard se adueñaron una vez más de nuestra percepción. Geniales como siempre. Nos olvidamos de infinidad de bandas que merecen su hueco (Biznaga, Waterhouse, Bala, Black Midi etc..), pero nuestras neuronas no dan para más. Larga vida al RockAndRoll.
