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MAD VIBES, una aventura mística

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Después de una cósmica primera edición, la fiesta de la psicodelia por excelencia de Madrid regresa el 8 de abril para alimentar vuestras ansias de calidad y variedad de propuestas musicales; en un viaje intenso, atmosférico y lisérgico. Un festival elaborado a medida con el objetivo de crear una experiencia sensorial completa, capaz de trascender lo meramente musical.

 

ENTRADAS

Para esta ocasión se cambia de espacio a la céntrica Sala Taboó, y ya hay primeras confirmaciones, dos grandes de la escena lisérgica: los suecos Josefin Öhrn + The Liberation, y los californianos Sugar Candy Mountain ¡Y aún nos queda más por desvelar!

Josefin Öhrn + The Liberation

Desde Suecia llega una de las propuestas que más han entusiasmado en el panorama reciente, gracias a un tremendo último largo, «Mirage», que sorprende y agrada tanto en la parte física, con una iridiscente portada que esconde vinilos color cyan, como en lo estrictamente musical. Josefin Öhrn, es una de las voces más voluptuosas que hayamos tenido la dicha de escuchar recientemente. Cautivadora como cantos de sirena, embelesa en francés o inglés, según se tercie, mientras se hace acompañar por «The Liberation», encargados de lanzar loops electrónicos igual de sinuosos, que se solapan con los recursos más clásicos de la psicodelia, a ritmo de «morotik».

Pirotecnias analógicas y electrónicas que explotan y arden armoniosamente, en una visión magnética y fascinante. ¿Hemos dicho que tienen un temón llamado «In Madrid»? Además están apadrinados por Rocket Recordings, sello detrás de algunas de las novedades más originales y satisfactorias, en lo que a música para la recreación mental se refiere, como por ejemplo, lo último de Goat.

Sugar Candy Mountain

Con un nombre capaz de conseguir por sí solo que un escalofrío de candidez te recorra la espalda, Sugar Candy Mountain no podrían venir de otro lugar que de California, concretamente de Oakland, al ladito de San Francisco, uno de los marcos más obvios de su sonido, pero no el único.

El cuarteto, que se estrenó en 2011 en las lides discográficas, ya tiene un par de largos en su haber y nos trae en esta primera gira Europea su último disco,»666″, que vio la luz en el pasado verano, timing perfecto para esta banda sonora estival, magnífica para bordear piscinas entre palmeras y Dondiegos de noche, margarita en mano, y que es capaz de dulcificar hasta los crepúsculos más inclementes del invierno. Un álbum, que desde el primer al último tema, pasando por las tonalidades rosáceas de su edición en vinilo, nos envuelve entre riffs perfectos para una dark comedy detectivesca ambientada en Los Ángeles, y voces melosas para flotar libres, esquivando burbujas benignas, en una lámpara de lava. Si existe un cielo de suelos ajedrezados y paredes color pastel, probablemente este sea el hilo musical del ascensor.

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