Los Night Beats hicieron llenazo absoluto el pasado sábado en la sala Moby Dick, en una noche compartida con los canarios Solo Astra que resultó en un formidable doblete de psicodelia. De diferentes escuelas, sí, pero con la misma ambición de hacer con la música algo personal e intransferible.
Para abrir la velada disfrutamos de media hora de «Exofase», el primer largo de Solo Astra, y algunos adelantos de lo que se traen entre manos actualmente, cantado en inglés a diferencia del resto de su material. Sonaron compactos y compenetrados como siempre, y conectaron muy bien con una audiencia que aplaudió a rabiar cada uno de sus arrebatos de lisergia. La banda, que este fin de semana estará en el festival Monkey Week, se estrenó con éxito en una de las pocas salas que le quedaban por pisar de la capital, dando así otro empujón más a una trayectoria muy trabajada que poco a poco va dando sus frutos.
Llegó el turno del trío de Seattle, y tras unos tragazos de Jack Daniel’s a palo seco subían al escenario entre los vítores de una hinchada con muchas ganas de escuchar en directo «Who sold my generation», un disco del que sonaron piezas como «No Cops», «Power Child» o una «Egypt Berry» absolutamente demoledora. El baile hipnótico del bajista Jakob Bowden y la energía trepidante del baterista James Traeger flanquearon con arrojo y oficio al gran Danny Lee, que estuvo fantástico como sudoroso maestro de ceremonias y cerró la noche con una apoteósica «Puppet on a string» que el público saboreó como la guinda perfecta.
Al terminar el show pudimos charlar con la banda norteamericana, que nos comentó que tanto Barcelona como Madrid habían sido «de lo mejor de la gira europea», que terminaba precisamente en Moby Dick. Mientras compartían unos bebercios con Solo Astra (banda de la que James Traeger se hizo fan, dejándoles su contacto «para grabar algo algún día») intentando chapurrear algo en castellano, Danny nos contó que «el clima político que se vive en EEUU tuvo un gran impacto» en el nuevo disco: «No es que sea un disco que trate de lanzar un mensaje concreto, pero leer las noticias sobre los abusos policiales, y sobre la política interior y exterior de mi país, sin duda dejó huella en las letras».
También nos habló del sonido que tratan de buscar los Night Beats: «En realidad, eso cambia de disco a disco. La música habla por sí misma, pero es innegable que siempre hay raíces soul y R&B. El rock’n’roll puede ser definido de muchas formas, así que lo que nosotros llevamos al escenario es sólo una interpretación honesta de lo que queremos hacer sentir a la gente: algo real. Sin florituras, y con mucha alma. En el fondo no se puede crear el soul, tiene que surgir de forma natural». Así, Danny asegura que nunca quiso «seguir los pasos de los ’60, aunque tenga influencias claras. Intento mantener la mente abierta a todo tipo de épocas y estilos. La sencillez es la clave para la multiplicidad, y a veces hay música de determinadas épocas que ejemplifican eso de forma más evidente».