JOSÉ ANDREA & URÓBOROS «Resurrección»

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JOSEEl ex cantante de Mago de Oz vuelve a la carga con su tercer disco en solitario (el segundo con su nueva banda Uróboros) después de superar una grave enfermedad y cuyo renacer se plasma aquí en un título que le viene como anillo al dedo…

Arropado por una banda de auténtico lujo, un equipo de veteranos rutilante, de verdadera liga de campeones, que incluye a los virtuosos Juan Flores ‘Chino’ (Sinkope, Vinotinto) y José Rubio (WarCry, Nova Era) a las guitarras, Pedro Díaz ‘Peri’ (Canallas, Mago de Oz, Casa de Fieras…) al bajo, Bernardo Ballester (Santa, Ñu) a la batería, y al maravilloso Sergio Cisneros ‘Kiski’ (Labanda, Topo, Mago De Oz) a los teclados, se aprecia desde los primeros compases que estos chicos han escuchado ‘rock clásico’ por un tubo, especialmente a bandas como Whitesnake, Rainbow… ilustres vástagos de la banda madre, Deep Puple, una de las leyendas imperecederas en esto de la música popular. Convengamos también que muchas canciones de esta “Resurrección” podrían formar parte de un hipotético nuevo disco de Mago de Oz, especialmente “La mujer Lobo” (aquí las influencias del “Death Alley Driver” de Blackmore y compañía se hacen más que evidentes…), o “Para que nunca amanezca”, que hubiera sido un maravilloso single, en la más pura onda de “La costa del Silencio” de sus ex compañeros de antaño. Pero Txus di Fellatio, Carlos Prieto ‘Mohamed’, Frank, Carlitos… siguieron su propio camino, renovando el combo con savia nueva (Javier Domínguez ‘Zeta’, Javi Díez, Fernando Mainer) mientras nuestro querido protagonista libraba una batalla a vida o muerte contra el cáncer en un hospital de Madrid. Afortunadamente, José Andrea pudo vencer a la enfermedad de nuestro tiempo y tras el tremendo golpe encajado, resurgir de sus cenizas como el “Ave Fénix”.

De eso habla “Sobreviviendo” y muchas otras rolas del disco, ‘Sobreviviendo un día más, no hay que rendirse jamás…’.  Y es que así andamos todos, en este golpeado y desdichado país desde que entró la crisis caníbal que lo está devorando todo, un cáncer social que va camino de acabar con todos los derechos políticos, laborales, sociales y culturales que tantos años tardamos en conseguir, a base de sangre, sudor y lágrimas. Una regresión anti-democrática en toda regla, vaya. Pero no nos pongamos tristes todavía ni deprimidos, que aun quedan vías de escape y en ese sentido, este plástico en hermoso ‘Digipack’ de amplio formato, es una invitación a levantar el vuelo y desplegar las alas de la vitalidad personal y colectiva. “Resurrección” está repleto de rocanroles alegres y escapistas como “Vive” (‘haremos todos juntos la revolución, no hay que rebajar la tensión’) o “En mi barrio nadie quiere dormir”, una tonada que contrasta con lo que se vive en las barriadas de la periferia madrileña (y de tantas urbes del Estado Español) que parecen auténticos desiertos, ciudades-dormitorio convertidas en verdaderos cementerios de la cultura y la modernidad. Parece que José Andrea apunta aquí a las antiguas juergas de antaño (que nos hemos corrido juntos) o se refiere a distritos turísticos de la almendra central, donde hay vida las 24h del día (y de la noche).

Aullando a la luna, como Ozzy Osbourne en “Bark at the moon”, nuestro héroe entona un grito de liberación desde su particular “Torre de Cristal”, antes que asome la balada “Redención Bafda”, prisma angular del asunto que trae entre manos: la salvación. Claro, una buena balada, para jugar al gato y al ratón, nunca puede faltar en buen disco de hard-rock que se precie… especialmente si esta lleva marcados guiños de rock sureño al piano. Un pájaro libre que vuela como lobo solitario en medio de la estepa del desencanto, propio y ajeno. Temática recurrente (la alegría de vivir) que se repite en “Te aullaré” y “Jeckyll & Hyde”. Y como guinda, para que nada falte en este superlativo trabajo, también hay un súper temazo de rock progresivo, “La salida del Averno”, de casi 11 minutos de duración, al más puro estilo “Finisterra” o “Gaia”. Lo dicho, un talento sin parangón emerge de los confines de las tinieblas, haciéndole un corte de mangas a la parca, con una sonrisa burlona; socarrón ante este mundo a la deriva en que vivimos (‘no hagas caso a tus fantasmas, el perdón no has de pedirlo, te lo han de dar’), siempre con un as en la manga, mueca de ‘joker’ y tahúr del Mississippi, dándole esquinazo a la dama de la guadaña y poniéndole los cuernos al ángel negro de la desolación cotidiana. Bravo por José Andrea

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