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Especial ASFALTO: biografía y crítica de su «Antología Casual»

por

Antologia CasualGénero: Rock
Sello: Imagine Music

9 / 10

El mítico grupo de Julio Castejón, tras dos sonadas resurrecciones en época reciente, vuelve a la carga con una “Antología Casual” como resumen de una trayectoria tan brillante y rutilante que no cabe en las 32 canciones seleccionadas, aunque ya advertimos que por unas causas o por otras, muchas rolas antológicas se han quedado fuera de este recopilatorio dorado.

Aunque desde el seno del grupo nos advierten de que todavía hay ASFALTO para rato, parece que el legendario combo estuviera escribiendo su particular Réquiem con este trabajo. Qué duda que el Grand Rock pasó a la historia y las leyendas van cayendo en retirada. Primero se fue Miguel Ríos, pronto les seguirán Los Suaves, y veremos cuanto tiempo aguanta Julio Castejón junto a sus muchachos, bien es cierto que la banda ha sido completamente renovada hace un par de años (con la irrupción de su propio hijo Paul Castejón) y otros solventes músicos -veinte años más jóvenes- que el pater fundador y superviviente a la postre a toda la vorágine de un mundo tan inestable como este También es verdad que los otros dos protagonistas destacados de la historia, José Luís Jiménez y Lele Laina andan por su lado, marcándose catedralicios conciertos con el grupo hermano, Topo, si bien y en estricta puridad deberían llamarse “Asfaltopo” pues la mitad del repertorio que ejecutan actualmente es de Asfato…

Y esto es así porque los ASFALTO originales (los que grabaron el primer disco) eran cuatro: Julio Castejón (teclados, guitarra y voz), José Luis Jiménez (bajo y voz solista), Lele Laina (guitarra y voz) y Enrique Cajide (batería) La formación se partió nada más alumbrar su álbum homónimo y así nació TOPO, otra leyenda sin par del rock urbano. Una década después, a finales de los ochenta se volverían a juntar, alumbrando dos exquisitos álbumes que no tuvieron la resonancia deseada. Ante las fracturas personales, la mala convivencia y sobre todo, la imposibilidad de seguir funcionando con un mínimo de éxito, a mitad de los noventa echaron el cierre, que en ese momento parecía definitivo.

Cabe destacar que esta es la primera ANTOLOGÍA de ASFALTO (un doble álbum de rechupete, con un diseño magnífico y 32 canciones que hipnotizan) pero no su primer disco de grandes éxitos. Tres recopilatorios de parecida guisa le preceden: “Lo mejor”(80) un elepé donde se resumían algunas de las mejores canciones de sus tres primeros plásticos de estudio, más la maravillosa “Canción para un niño”, que se había editado en single, a los que vendrían a sumarse“1972-1987. Quince Años de Música” con su viejos clásicos regrabados para la ocasión, en lo que fue un clarísimo error de marketing estratégico, pues debería haber sido sustituido por un doble directo para cerrar aquella etapa, álbum que tuvo que esperar dos décadas, hasta que por fin registraron “Al fin, vivos”(09). El título lo dice todo… Además aquellas regrabaciones estaban muy por debajo de los originales, con lo que la frustración del aficionado fue doble, amargura que trataron de enjuagar un año más tarde con el definitivo, “1981-1986. Los Singles” (que compilaba su segunda etapa en los años ochenta, los tres magistrales discos editados con el sello Snif ), con dos temas extras editados como caras B: “Justo y Traidor” y “Dinos que fue”, alumbrado en 1988, en plena disgregación del combo.

Tras juntarse nuevamente, los miembros originales de ASFALTO editaron los magistrales “Solo por Dinero”(90) y “El Planeta de los Locos”(94) , volviendo a desaparecer. Julio Castejón protagonizaría tres lustros más tarde (tras probar las mieles y sinsabores de su nunca firme carrera en solitario) una segunda resurrección en 2008 con el disco “Utopía” y una tercera en 2014 con “El color de lo invisible”, ambas presentando formaciones completamente renovadas, savia nueva  para que no decaiga el espíritu y el rocanrol nunca muera. Se diría que este hombre tiene más vidas artísticas que un gato.

Dos rarezas nacerían (en sellos amigos) en estos últimos años “Asfalto-Inédito”(2011), con piezas que no tuvieron cabida en los discos ochenteros de la banda (aquí se incluyen cuatro temas: “Carrera ilegal”, “El futuro no está aquí”, “Tengo vida” y “Un buzo en el jardín”, las maquetas de “Matachel”, grabadas durante el invierno de 1983 en los locales de Villaverde Bajo donde ensayaban entonces, cuatro rolas con mucha miga a sus espaldas, a las que se vienen a sumar varias caras B y algunos bonus-tracks que completan el plástico. En paralelo, saldría un a la venta un Mini-Lp: “Music”(2011), con cuatro estupendas canciones, que servían de epitafio a la formación de Raúl Santana, Carlos Parra, Alejandro Ollero y compañía. Dos de estas composiciones “¿Quién castigó a la mujer de Lot” y “Luz de Atardecer” son ahora rescatadas para esta “Antología Casual”

Llegados a este punto lo mejor que podemos decir de esta “Antología Casual” es que condensa 32 CANCIONES, con mayúsculas, como la copa de un pino si bien con respecto a sus gemas antológicas, a las perlas diamantinas de ASFALTO, debemos afirmar con rotundidad que no están todas las que son (se necesita un segundo volumen) que incluya las míticas piezas: “Ser urbano”, “La Isla del Amor”, “Ya está bien”, “Canción para un niño”, “La generación perdida”, “Nada”, “Tiempo Gris”, “Somos libres”, “Niños de Beirut” o “La Carta” entre otras, que no han tenido cabida. Digamos que el criterio de selección con respecto a algunos álbumes ha sido errático. Sin ir más lejos, del “Planeta de los Locos” faltan “Quijote eléctrico”, “Molinos de Viento” “Ángel o Diablo” y “El Palacio del Terror” imprescindibles en cualquier ANTOLOGÍA, con letras doradas que se precie. Además las tomas elegidas de clásicos como “Días de Escuela”, “Mujer de Plástico”, “El Viejo”… son las versiones regrabadas para el álbum: “1972-1987. Quince Años de Música”, bastante inferiores a los originales. Suponemos que no disponen de los derechos de sus tres primeros discos; de lo contrario no tiene mucho sentido editarlas en este formato. Llegados a este punto, convendría ir jubilando al “Capitán Trueno” (tan manoseado que empieza a dar vergüenza ajena) y en ese sentido que mejor homenaje póstumo que la última versión hard-rockera-alternativa, compuesta para la película homónima de Antonio Hernández. Pero ni rastro de esta versión: se incluye la del dichoso disco de los “15 años de Música”.7

Y una reflexión final: de todas maneras convengamos que nuestros protagonistas rubricaron tres verdaderas obras maestras, tres plásticos míticos donde los haya: “Asfalto”(78), “Más que una intención”(83) y “El planeta de los Locos”(94) a los que yo añadiría también  el doble álbum “Déjalo Así”(83), cuyas canciones merecen estar todas en una ANTOLOGÍA definitiva, por derecho, junto a otras perlas perdidas en la nebulosa del tiempo como “Transparencias”, “Contrareloj”, “Señor Violento”, “Nadie ha gritado”, “Como lo llevais?” de rabiosa actualidad, para nuestra desgracia debido a los oscuros tiempos que corren, composiciones atemporales que no han perdido su halo mágico de ilustrada canción protesta, rocanrol de autor con toques sinfónico-progresivos.

En definitiva y para no extenderme más: ASFALTO, quizás sea el grupo por excelencia del ROCK español, junto a  otras luminarias tempranas como Miguel Ríos, Burning, Triana, Leño, Topo… o más tarde, estrenada la libertad, Barón Rojo, Medina Azahara, Los Suaves, Barricada, Banzai, Rosendo o Extremoduro (y Reincidentes, Boikot, Porretas, Habeas Corpus, Marea, el relevo natural) cada uno en su estilo, deben ser recordados como Los Grandes, con mayúsculas, de nuestra historia musical, y mucha gente (demasiada -diría yo- en esta tierra árida e ingrata) no conoce a nuestros héroes. Como apostillan Def Con Dos “¿Es esto un drama o una dolencia, esto es país o es penitencia?”. Será que España es Idiota ??, o quizás será que ASFALTO son como el río Guadiana, y por eso mucha gente joven no los conoce?. Razón de más para dar la bienvenida a esta “ANTOLOGÍA CASUAL” !!

 

BIOGRAFÍA CASUAL

Para los veteranos del lugar, ASFALTO no necesita presentación. Mito donde los haya del rock urbano, del pop ilustrado y de los ecos sinfónicos-progresivos que alimentaron nuestra infancia, son emblema de la música que se hizo en un periodo histórico cercano (pero a la vez bastante lejano para muchos jóvenes de hoy en día) durante la Transición a la supuesta democracia que ahora sufrimos y gozamos. Pero han pasado demasiados años y el tiempo es un poderoso oxidante. Mucho tiempo ya desde aquellas míticas canciones: “Días de escuela”, “Ser urbano”, “Rocinante” o “La isla del amor”… (por citar solo unas pocas) que fueron la banda sonora de aquellos años convulsos pero esperanzados en alumbrar una nueva sociedad, que diera al trate con nuestra trágica historia, tan cainita por otra parte.

ASFALTO disfrutaron de una década gloriosa desde finales de los años setenta hasta mediados de los ochenta, alumbrando obras tan imprescindibles para el rock en castellano como el seminal y homónimo álbum “Asfalto” de 1978, un año donde por cierto se alumbró una Constitución que ahora hace agua por los cuatro costados. Tras aquella pieza maestra, el grupo se partió en dos: José Luis Jiménez (bajo y voz) y Lele Laina decidieron marcharse para fundar otra leyenda del rock urbano, TOPO, y Julio Castejón recompondría el grupo con el teclista uruguayo Jorge Walter García Banegas y Ramón Pérez “Guny” al bajo. Vendrían los estupendos “Al otro lado”(78) y “Ahora”(79), más el soberbio doble elepé “Déjalo así”(81), que paradójicamente no obtuvo toda la resonancia deseada en su momento (reverenciado luego por los fans como obra de culto), y más tarde, ya con Miguel Oñate al frente, como voz solista, encuadrados en el sello SNIF, vivieron una época de vacas gordas como elefantes, alumbrando otra obra maestra: “Más que una intención”(83), más el estupendo “Cronophobia”(84) y el postrero “Corredor de fondo”(86), con un nuevo cantante, Richie Benítez, a bordo. Una trilogía insuperable, que marcó un punto de inflexión, recordada por muchos como un periodo de gran  inspiración y esplendor artístico-musical..

Tras un primer parón y algún que otro error de bulto, como el recopilatorio “Asfalto 72-87”. Quince años de música” donde con muy poca inspiración revisaban sus clásicos, en nuevas grabaciones que no estaban a la altura de tan magnas composiciones, la banda original (Julio Castejón, José Luis Jiménez, Lele Laina y Enrique Cajide) se volvía a reunir, editando otros dos magníficos elepés a principios de los noventa: el estupendo “Solo por dinero”(90), y el magistral “El planeta de los locos”(94). Un epílogo momentáneo con canciones como diamantes: “Espera en el cielo”, “Quijote eléctrico”, “Molinos de viento”, “Ángel o diablo”, “El palacio del terror”… nunca suficientemente valoradas y que deberían figurar en los anales (y en todas las enciclopedias), sin duda uno de los mejores trabajos discográficos realizados en lengua castellana.

Quizás ahí debieron echar el cierre. Poner rumbo a las estrellas y cimentar la leyenda. La historia había sido cruel con ellos, a mediados de los noventa se encontraron con que el gusto del personal había cambiado (el grunge y los sonidos alternativos asfaltoestaban en plena efervescencia) y ellos ya eran un combo para nostálgicos del grand-rock, lo que unido a la crisis económica que azotaba el país, imposibilitó grandes aforos y aventuras posteriores. ASFALTO casi siempre se movieron en terreno de nadie, demasiado rockeros y comprometidos socialmente para el público popero y demasiado blandos o preciosistas para los más heavies del barrio. Y eso al final, les pasó factura.

Julio Castejón, convencido de la imposibilidad de seguir adelante con Asfalto y sin poder cerrar giras en loor de multitudes, decide lanzarse en solitario y alumbrar dos inspirados discos “¿Hay alguien ahí?”(00) y “El corazón de la manzana”(04) que pasaron desapercibidos, excepto para los más fans del lugar, y para los buscadores de tesoros en las profundidades, veteranos amantes de la buena música en general. Pasados tres lustros (desde aquel imprescindible “El Planeta de los Locos”) vendría la segunda resurrección del grupo (que no sentó demasiado bien a los más puristas), con nuevos miembros, músicos tan solventes como Raúl Santana a la guitarra y segundas voces o Carlos Parra a los teclados. Otro capítulo más “Utopía”(08) repleto de rutilantes canciones y broche de oro con un magnífico directo, esperado durante largos años, “Al fin vivos”(09).

De nuevo, asomó la crisis y las piedras en el camino, que motivaron otra parada técnica, y renovación al completo de sus acompañantes. Pero nuestro protagonista no es persona que se rinda fácilmente y con su perseverancia (esta vez incluyó a su talentoso hijo Paul Castejón como contramaestre a las seis cuerdas) logró emerger como el ave Fénix de su temprano ocaso, para rubricar “El Color de lo Invisible”(14). Ahora llega el tiempo de la cosecha con esta recién estrenada “Antología Casual” (15) y de este modo, conseguir alumbrar una nueva gira y seguir en la brecha, esperemos que por muchos años. Ya solo nos queda entonar: Larga Vida al Rock’N’Roll !!

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