Codeína Femenina: RABIA SHAHEEN QAZI

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rabia5Antes de entrar en metafísica, resumamos: esta nueva sección va de voces femeninas, de mujeres que cantan. Desde el profundo convencimiento del elixir que representan, inauguramos este espacio, sabiendo que ellas cantarán y nosotros escucharemos, en un estado al que sólo con grandes dosis de codeína llegaríamos. No hablaremos de esas grandes del micrófono como Ella Fitzgerald o Janis Joplin. Vamos a hurgar un poco más y compartir texturas, tonos y cadencias de féminas desconocidas para la gran mayoría. Queremos que cada una os cuente su historia, que os entren ganas de escupir, de correr por el polvo, de cubriros con ramas y flores o de vestiros con terciopelo, seáis tíos o tías.

Botas puestas, vasito de codeína en la mesa de noche. Todo listo para comenzar el viaje de la mano de Rabia Shaheen Qazi.

rabia2‘¿Conoces a Rose Windows?’ Fue la pregunta. ‘No’, mi respuesta. Pocos días después, no sólo conocía a Rose Windows, sino que se convirtió en una obsesión, guiada y ejecutada por la voz de Rabia. Enseguida, cómo no, apremia la necesidad de poner cara a ésta voz con una fuerza teatral pocas veces antes oída.

Resulta que no es como esperaba, resulta que no es esa ‘madre naturaleza’ de leyendas de juglares, qué va. Hija de pakistaníes, Rabia es de Arlington, Texas. Y no, tampoco es una sureña al uso reviviendo los años dorados de Jefferson Airplane.

Es la cantante de Rose Windows, es la que navega por encima de la distorsión, de las atmósferas más progresivas. Rabia, la que navega, la que hace que cada canción de esta banda sea una renovación espiritual.

Retrocedemos un par de años y nos situamos en su primer álbum con Rose Windows ‘The Sun Dogs’ (Sub Pop, 2013). Desde el track 1 Rabia deja muy claras sus intenciones. ‘‘Deja que coja tu mano, el sendero es oscuro, pero todo irá bien.’’

Y así caminamos a lo largo del disco, con esa voz grave que destila seguridad primitiva. La banda crea el entorno atmosférico y ella nos indica por dónde avanzar.

Y no solo lo demuestra al frente Rose Windows, no. La vocalista está decidida a imprimir su estilo en aquello que toca. Bajamos un poco el dimmer de la luz, seleccionamos el track número 3 del ábum de Earth titulado ‘Primitive and Deadly’ y ahí está ella, esperándonos agazapada, lista para darnos una nueva sacudida cantando ‘From the Zodiacal Light’. La de Texas capitanea a golpe de mortíferos tonos graves un barco más pesado y más melódico. ¿Resultado? Nueva inmersión en una dulce y densa secuencia.

Pero no todo avanza según lo deseado. El 30 de marzo de este año, Rose Windows anunciaron mediante un comunicado la disolución de la banda por razones de desgaste creativo, cancelando todas las fechas de sus próximos directos y dejándonos como despedida su segundo álbum homónimo, publicado el pasado 4 de mayo ‘Rose Windows’ (Sub Pop, 2015). Disco con el que reafirmamos de manera cristalina el gran potencial de la cantante para ser una de esas voces recordadas.

Tras la noticia de la ruptura, con la mala leche aún fermentando en el cuerpo, los de Seattle nos rescatan de esa precoz melancolía demostrando que allí no se andan con minucias, que el espíritu de los sesenta y setenta flota en las calles y que juntos o separados a estos jóvenes músicos todavía les queda mucho carrete.

Vemos luz de nuevo, ahondamos en las últimas noticias y descubrimos que ninguno ha perdido el tiempo, la música les pica y tienen que vomitarla.

Varios miembros de Rose Windows, de la mano del guitarrista y compositor Chris Cheveyo, han formado ‘Dræmhouse’. El giro musical de la nueva banda sorprende con la primera escucha e inconscientemente no podemos evitar pensar que falta la adicción instantánea que la voz de Rabia generaba.

Extrañados al descubrir que la cantante no forma parte del proyecto, descubrimos a golpe frenético de ratón la noticia que esperábamos. Rabia tampoco se ha quedado de brazos cruzados. Junto a su compañera Veronica Dye, ex flautista de Rose Windows, el batería Garrett Moore y el guitarrista Richard Rico, ha dado a luz el proyecto musical sencillamente titulado ‘Rabia Shaheen’.

Como buenos adictos, ansiamos que al igual que sus antiguos socios, ahora bajo el nombre ‘Dræmhouse’, no tarden en publicar nuevas canciones.

Mientras nos desenfundamos las botas y apuramos el vasito de codeína, sonreímos sabiendo que no todo está perdido, la voz de Rabia reaparecerá pronto para sumergirnos una vez más en la pura belleza.

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