Crónica de las DEMOSCÓPICAS de Mondosonoro

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demoMemorable fiesta demoscópica a la que tuvimos la suerte de asistir el pasado 5 de marzo, porque el Teatro Barceló colgó el «no hay entradas» y había expectación por ver a los elegidos por Mondo Sonoro como mejores trabajos de 2014, el primero en el caso de Nacho Vegas.

El comienzo de «Karen Koltrane» fue bastante oportuno, teniendo en cuenta lo que seguiría, guitarra de riffs largos fundiénose con ascendentes ondas de sintetizador. La propuesta jóven de Ángel Valiente tiene un sentido escénico bastante maduro tras presentar «Plantas de interior» otra de las demos que ha mimado MondoSonoro.
La bomba escénica se descabezó. Una mitad la absorbió «Pablo und destruktion» para dejarle la otra mitad al ya consagrado caballero astur Vegas, que encantado y cómodo, cuadró el círculo al final de la noche para juntar la mitad de su bomba a la de su paisano.
Pablo es una explosión en el escenario, es una figura entre el drama, la montaña, las novelas de caballería y la neblina negruzca que envuelve a Nick Cave con los Bad Seeds; parece que en poco tiempo ya es plenamente consciente de eso y de que no es un nicho habitable para cualquiera, por eso el tío empezó con «Pierde los dientes España» temazo sin filtro donde los haya. «Pecho para enfriar balas» también sonó fuerte y rodada.
Han conseguido un sonido envolvente y profundo, al compás de medios tiempos en los que Pablo sube y baja a placer, es algo que siempre he admirado de la «super banda» que suele llevar Nacho Vegas, que suenan a Nacho Vegas en su calmachicha y en sus hostias. Parece que Pablo tampoco deja de escapar esos detalles, aún con una banda algo «excéntrica».
Nacho Vegas volvía a Madrid para recordarnos otra vez el gran trabajo que es «Resituación» tras un telonero reivindicativo y con percha revolucionaria, y acompañado de esa «super banda» que mencionaba, Nacho debe pensar para sí: «Algo estaremos haciendo bien» que sería un buen final para alguna de sus canciones más lapidarias de su último largo, precisamente eso es lo que sale de él y de su guitarra, algo así como la eterna canción del trabajo, porque siempre quedará mucho trabajo por hacer…
Dicho esto abrió el setlist con «Nuevos planes, idénticas estrategias» a las que no nos tiene acostumbrados últimamente, aunque con otro tema de «Verano fatal» no tuvo que echar la vista atrás más veces, porque tocó cada tema de «Resituación». Decía que era un gran trabajo este precisamente porque siendo discretamente recibido por crítica, es un paso adelante en unas letras y unos «huevos» ya estandartes del asturiano, con ese sonido bohemio dulce pero criminal, calmado pero rabioso. «Polvorado», «La vida manca» o «Adolfo suicide» ya son coreadas por su público, lo que demuestra que su éxito es noble, sentido y congruente, y eso sí que tiene mérito en nuestra escena hoy. Otro detalle bonito fue invitar a los coros a la muchachada del Patio Maravillas, la fiesta se veía venir.

La bomba se reensambló con «la gran broma final» tras la que volvió Pablo confesando su devoción al maestro y entonando unos versos de cuadrilla asturiana. Casi pegaba «taberneros» pero el ambiente era tan idóneo, que la nostalgia y la fuerza que llega de aquellas montañas les invadió para cantar juntos «En el pozo de María Luisa», terrible y crónica canción popular minera astur-leonesa… «mira Maruxina, mira, mira cómo vengo yo» Emocionante final para una gran noche.
Hay mucho que cantar y sobran huevos.

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