Como muchos ya escucharíais ayer, la delegación del Gobierno en Madrid (con Cifuentes a la cabeza) ha prohibido el concierto que Soziedad Alkóholika iba a celebrar en Vistalegre, alegando que ha recibido un informe de la Policía Municipal que advierte del «peligro de alteración del orden público, con peligro para las personas y bienes». La estupefacción ha sido generalizada, por supuesto, pero los antecedentes hacen que la sorpresa ante esta censura no sea tan mayúscula… se les ve venir. Y es que a pesar de que la Audiencia Nacional juzgó y absolvió al grupo tras las denuncias de la AVT, y de que el Tribunal Supremo ratificó la sentencia, parece que los viejos fantasas nunca mueren. Porque como dice la canción «S.HA.K.T.A.L.E.», podemos ser optimistas y pensar que somos libres. Pero sólo pensarlo.
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También han tenido algún problema en Badajoz y Salamanca por amenazas de grupúsculos naziloides, y en un Viña Rock varios patrocinadores retiraron su apoyo al festival cuando los incluyeron en el cartel. Pero en Madrid el tema ya se va de las manos, porque han sido seis las veces que ha pasado lo mismo. Una de las más sonadas fue en 2008, cuando Esperanza Aguirre se encargó personalmente
de que no pudieran actuar en Leganés, ante las presiones de la AVT (recordemos que el grupo ya había sido absuelto por enaltecimiento del terrorismo el año anterior). Y la última vez fue en 2013, cuando el grupo tuvo que abandonar la idea de tocar en la capital tras intentarlo en tres locales diferentes. Las amenazas y presiones policiales recibidas por las salas Revirock, Penelope y Rockitchen hicieron que sus dueños se echaran atrás y cancelaran la cita uno detrás de otro.
Aunque a S.A. se les relacionaba en un principio con el movimiento punk, ácrata y okupa, lo cierto es que canciones como «Síndrome del norte» o «Explota Zerdo» se posicionaban claramente, quizá no a favor de una trinchera del conflicto vasco-español, pero sí en contra de la otra. Pero, repetimos, se les acusó de un delito que la propia Justicia ya ha declarado que no han cometido. Además, hace ya muchos años que S.A. abandonó esas posturas y moderó su discurso. Así que seguir persiguiéndoles sería como prohibir ejercer a Jiménez Losantos por haber militado de joven en la organización comunista y antidemocrática Bandera Roja. Sí, a muchos nos encantaría, pero la libertad de expresión SIEMPRE tiene que ir por delante, ESPECIALMENTE cuando va en contra de tus ideas. ¿DÓNDE ESTÁ AHORA EL ESPÍRITU DE CHARLIE HEBDO?
