Este miércoles llegan los hermanos McDonald y cía para dar su primer concierto en El Sol (vuelven allí el día 21), donde tocarán dentro de los festejos por el 35 aniversario de la sala (¡¡felicidades!!), antes de pasar por Bilbao (día 16), Zaragoza (17), San Sebastián (18) y Barcelona (19). En esta nueva gira (entradas AQUÍ) de la banda californiana podremos escuchar su estupendo «Researching the Blues», sus mejores clásicos básicos y quizá también algún trocito de un tema nuevo, según nos cuenta por teléfono Jeff McDonald, cantante y guitarrista de este tótem del rock’n’roll.
Hola Jeff, ¿cómo estás?
Muy bien, encantado de dar entrevistas por nuestro regreso a España. Ya sabéis que nos gusta mucho visitaros.
Sí, pero la última vez fue un pequeño desastre… En Madrid, quiero decir (la paranoia del ayuntamiento por el Madrid Arena limitó a 100 personas el aforo de su concierto en el Matadero, dentro del Primavera Club). Yo sólo pude veros desde la calle, a través del hueco de la puerta.
Sí, lo recuerdo perfectamente, fue un show muy loco. Fue muy injusto. Insistimos personalmente a los policías para que dejaran entrar a alguien más, pero no hubo manera. Nosotros también os veíamos pasar frío desde el escenario. A alguno le regalamos una camiseta como recompensa, jaja.
Bueno, ahora los madrileños nos tomaremos la revancha, ya que dais dos conciertos en El Sol.
¡Y nosotros! Me acabo de enterar de que tenemos dos conciertos en Madrid. Siempre que salimos de gira evito mirar el itinerario, así todo es más emocionante. Nunca sé dónde vamos, pero siempre sé que haya donde toquemos daremos lo máximo. Y más en Madrid, es una ciudad que amo, de las que más de todo el mundo. Y no me estoy tirando el rollo, te lo prometo.
Hablando de revanchas, «Researching the Blues» también lo parece, ¿no? No eran pocos los que os daban por desahuciados en lo discográfico…
Nunca pensamos en si la gente espera esto o aquello de nosotros, sólo grabamos cuando nos apetece, demostrado queda ¡jaja! Somos fans del rock’n’roll, y nunca perderemos la pasión, sobre todo porque sentimos que podemos contribuir a su crecimiento. Eso es alucinante tío, lo sigue siendo treinta años después de empezar. Componer las canciones de «Researching the Blues» fue una gozada, el material parecía bueno desde el principio pero hicimos esfuerzos extra para darle un toque especial, que enganchara a la primera. Estaba inspirado y tenía muchas ideas, aún las tengo. De hecho, en cuanto terminemos esta gira española empezaremos a preparar un nuevo disco. Vamos a dejar de girar unos cuantos meses, así que estos serán los últimos conciertos de este año recién estrenado. Íbamos a ir a Inglaterra, pero lo hemos pospuesto porque nos hemos dado cuenta de que nos apetece mucho más crear nueva música que estar de gira.
¡Estupendo! Y esas ideas, ¿tienen la pinta de convertirse en un material tan bueno como el de «Researching the Blues»?
Mmm… ¿Sabes? Cuando me pongo a escribir canciones, lo primero que hago es grabar una demo en cassette. Si suena bien al día siguiente, me excito mucho porque esa es la señal correcta. Hay que esperar un día para evaluar la canción objetivamente, al menos en mi caso. Es maravilloso sentir que todavía amas componer canciones y se te da bien. Sobre todo para alguien como yo, un americano.
¿Por qué lo dices?
Porque el rock’n’roll es la mayor contribución cultural de América. Nosotros no tenemos vuestra historia, vuestra literatura y pintura, por eso el rock’n’roll es tan importante para nosotros, por eso lo mantenemos como un estado mental, como una forma de vida. Por eso tenemos miles de bandas que siguen grabando discos aunque no vendan una mierda.
En «Researching the Blues» transmitís precisamente eso, el rock’n’roll como estado mental, como algo instantáneo, crudo e innato. Al grabarlo, ¿se habló de ello como concepto de punto de partida? ¿O salió así, sin más?
Esencialmente, salió así de un modo natural. Grabamos el 60% del disco en treinta días, y como yo grabé casi todas las guitarras, sólo me dejé llevar por lo que me transmitían mis propias canciones, manteniéndolas simples y crudas. Hubo, no obstante, mucha experimentación porque tanto Steve como yo tenemos estudios caseros donde podemos pasar mucho tiempo trasteando, añadiendo algunas cosas extra. Pero sí, es un disco simple y crudo.
Cambiando de tema, supongo que estarás encantado con el revival del vinilo.
¡Sí!, es algo muy divertido, porque es lo más inesperado que podría haber ocurrido en este negocio. Es muy excitante ver que se están alcanzando volúmenes de venta de hace veinte años. Nosotros siempre hemos editado en vinilo porque tenemos la intención de que nuestra música perdure mucho en el tiempo, en el formato para el que fue originalmente ideada. No es un acto retro, sino de pura honestidad.
Después de tantos años, seguís instalados en la imagen icónica que os labrasteis a finales de los 80. ¿Alguna vez os habéis sentido asombrados por la cantidad de bandas que os veneran?
No, no… Lo único que siento es un inmenso orgullo. Me acuerdo de cuando era un adolescente e iba las tiendas de discos, y encontraba esas joyas de The Seeds y otros grupos de los sesenta. Hicimos un pequeño grupo de amigos que se dedicaba a descubrir a las bandas más raras de los sesenta, y era divertidísimo. Las tiendas eran mi internet, gracias a ellas descubrí miles de grupos, y cuando tenía sus álbumes en mis manos sentía que eran los objetos más molones del mundo. Recuerdo que cuando grabamos el primer disco de Redd Kross, le dije a mi hermano: «Espero que algún día, dentro de veinte años, algún chaval lo descubra en la estantería de una tienda». Eso ha terminado pasando, y es acojonante. Que un chaval como Ty Segall te llegue y te diga: «Tíos, el día que descubrí a Redd Kross en una tienda de discos me cambió la vida», es alucinante. Músicos de tanto talento como él, nos lo dicen constantemente. Esa es la mayor recompensa para nuestra carrera. Mi deseo se hizo realidad.
Me gusta mucho Ty Segall, ¿no hay una escena increíble de garaje y psicodelia ahora mismo en EE.UU.?
En mi país siempre ha habido muchas bandas dispuestas a hacer música que se salga de lo común, que no tenga miedo a lo abstracto, por eso creo que siempre ha habido psicodelia en EE.UU.. Con la actitud garaje sí se nota cierta efervescencia, y hay bandas muy, muy buenas. De todas formas no puedo juzgar con conocimiento de causa, no estoy ni medio enterado de lo que pasa en esa escena.
Por cierto, pensando en lo que has dicho antes de que tienes bastantes ideas para el nuevo disco… ¿Quizá nos toquéis algo en esta gira española?
No lo creo, aunque no es imposible.
Sé que si lo hacéis, será sin decirle al público que es nuevo material, en una entrevista decías que no te gusta decírselo.
Exacto, porque la frase «ahora vamos a tocar una canción nueva» tiene un clarísimo efecto psicológico en la audiencia: deja de escuchar. O peor: automáticamente se pone suspicaz. A veces, a mi hermano Steve se le olvida, la caga y dice por el micro: «Esta es una nueva canción». Y yo me pongo como «aahhh, no lo digas, joder», ¡jajaja! Yo prefiero tocarla, y si tiene buena respuesta, entonces lo dices: «eso fue una canción nueva», ¡jajaja! En esta gira seguimos dándole caña a «Researching the Blues», y como tenemos tantos discos, no queda hueco para mucho más. Quizá toquemos algún fragmento de un tema nuevo sin que os deis cuenta. Y algún día haremos una gira con las canciones que nunca hemos tocado de cada disco. Eso estaría muy bien.
Este año ya no, por lo que me dices, pero el siguiente estaría bien veros en algún festival veraniego, tipo Azkena.
Oh, sí… Es uno de los festivales donde mejor me lo he pasado tocando. Recuerdo estar haciendo una prueba de sonido y ver en el escenario de enfrente a una de mis bandas favoritas, Big Star, terminando su concierto. Fue una sensación maravillosa, aunque también un poco rara, porque era como: «joder, esa es una de las bandas que más he amado en toda mi vida, y ahí están, delante de mí, y yo, a punto de empezar a tocar después de ellos». Fue un show mágico para nosotros.
Con esto termino. Vuestro primer concierto fue como teloneros de Black Flag. ¿Qué te parece la reunión «partida en dos» que tienen entre manos? (unos miembros giran como Flag, otros como Black Flag, debido a una disputa interna)
Desafortunadamente no he tenido la oportunidad de ver a ninguna de las dos formaciones en directo. Me parece, sinceramente, que están haciendo el ridículo. Es estúpido que hagan una cosa así, algo muy serio debe haberles pasado porque es inexplicable. No sólo fue mi primer concierto como músico, también como fan del punk-rock. Vinieron a mi barrio cuando yo era adolescente, y no solíamos tener bandas así, por eso me quedé alucinado. Recuerdo que me compré uno de sus singles en vinilo, y en la parte de atrás venía un teléfono. Me armé de valor, llamé y resultó ser su club de fans. Pero casualmente, me preguntaron si tenía una banda. Black Flag necesitaban un telonero. Así dimos nuestro primer bolo fuera de nuestro garaje ¡jaja! Por eso me da tanta pena que los miembros del grupo no sean capaces de ponerse de acuerdo y dejarse de tonterías. Esto no es una reunión de la banda original, es un chiste. Creo que hay gente algo excéntrica en sus filas, con una manera muy peculiar de entender el punk-rock… Pero, quién sabe qué ocurrirá en el futuro. Igual arreglan sus problemas. A mí me haría muy feliz verlos juntos de nuevo.