¿Recuerdan aquella leyenda –totalmente cierta- que cuenta cómo la pifió un agente del sello Decca cuando rechazó a los Beatles porque “no sonaban bien”? Salvando las distancias, algo parecido le ocurrió al primer “cazatalentos” que escuchó a Jake Bugg, la última gran esperanza blanca del folk-pop-rock de raíces en Inglaterra. El joven cantautor fue eliminado en el Glastonbudget, una especie de concurso de artistas emergentes asociado al festival Glastonbury, que premia al ganador incluyéndolo en el cartel. Pero afortunadamente, por allí pululaba alguien con más criterio. Un trabajador de la BBC que no pasó por alto lo carismático y fresco de su actuación, y que consiguió enmendar el error.
“Fue un punto de inflexión muy claro en mi carrera”, dice Bugg. “Que me rechazasen en Glastonbudget, una versión mini de Glastonbury en plan descubrir nuevos talentos, y que luego acabase tocando en Glastonbury, no deja de ser de lo más irónico. Aquello fue perfecto para que mi disco empezara a ser conocido por la gente”.
Hubo otro catalizador más: la misma BBC utilizó su canción “Lightning Bolt” para musicar las repeticiones de las victorias del atleta Usain Bolt, y la cosa se disparó: en pocas semanas, ya era número uno en las listas británicas. “He venido a desbancar a los de Factor X”, dijo en su momento el artista. “Fue algo que nunca pasaría ni en el más salvaje de mis sueños –confiesa ahora la joven estrella-. Mi familia estaba súper orgullosa. Creo que estaban bastante más en shock que yo”.
No es para menos. De repente, aparecía en todos los periódicos, en la tele y en todos los programas musicales radiofónicos. “No leo mis entrevistas, sólo escribo mis canciones”, asegura Bugg. “Si te pones a leer lo que la prensa dice de ti estás perdido. Cuando por casualidad me topo con una crítica constructiva, ya sea sobre mí o sobre otro músico, sí disfruto leyendo”. Sobre las constantes comparaciones con Dylan, es algo más directo: “Es una comparación muy genérica y perezosa, aunque oye, hay muchos artistas peores con los que ser comparado, así que, aunque no preste mucha atención a eso, es agradable”.
Mientras graba su segundo álbum con el afamado productor Rick Rubin, sigue presentando su debut homónimo, con el que anoche arrasó en el “britanizado” Festival de Benicasim. “Va a ser un poco raro tocar para tantos ingleses en un país extranjero”, bromeaba antes de la cita Bugg, que enfatiza con orgullo lo enraizado de la inspiración para su primer trabajo. “Mi barrio, Clifton, es una referencia muy clara en mi música, suelo hablar de cosas que me han pasado allí. Sin duda juega un papel importante en mi proceso creativo. Algunas canciones del disco las escribí cuando tenía 15 años. Otras las terminé cuando ya tenía contrato con la discográfica. Como nadie sabía quién era y nadie esperaba absolutamente nada de mí, pude componer con toda libertad siguiendo mi propio paladar musical, que por cierto ahora está empezando a probar con el flamenco. Lo admiro mucho y trato de aprender algunas técnicas de guitarra, ¡es muy bueno para las manos!”.
PUBLICADA EN ABC