Género: Pop-Rock
Sello: Sony
7/10
El septeto argentino, que por cierto llega de gira esta semana (fechas abajo) publica su décimo disco de estudio sin su frontman y timonel de antaño, Gustavo Cordera, embarcado en su propia carrera como solista, genio y figura hasta la sepultura. Más apaciguados que otras ocasiones, añaden ingredientes de canción de autor y mucha poesía a un disco sin desperdicio.
El retorno del combo porteño es una buena noticia para los amantes de la música festiva y contestataria. Sin Cordera, navegan por las plácidas aguas de una poética propia, especialmente destacable en rolas como “Cambiar el alma”, “Así es”, “La serpiente”, “Cargamos… mostrando el contrapunto en otras piezas más rockeras como “El motor”, incluso hay momentos para el carnaval (“Dios te salve”, y en las postreras “Afónico” y “La revuelta”) y loas a la diosa del pentagrama en “Santa Cecilia”.
A modo de invitado de lujo, Ariel Rot colabora en “No te olvides”, al tiempo que el guitarrista Oscar Righi y el teclista Juan Subirá toman un destacado protagonismo en las letras del grupo, mientras el otro guitarra Alberto Verenzuela y el bajista Pepe Céspedes firman la música de casi todas las composiciones. En este plástico brilla más la canción de autor que la música tabernaria.
Dulces medios tiempos, en la mayoría de los casos, que condimentan un álbum cocido a fuego lento. “No se puede cambiar el alma, no se puede abandonar la educación sentimental, el carácter y la forma de pensar…”, toda una declaración de intenciones que enarbolan a las primeras de cambio, recién iniciada la escucha (a ritmo de cumbia), fundiendo con docta experiencia la alquimia conocida por todos dentro el pop-rock que se elabora por aquellas latitudes.
Se echa de menos que en el libreto no aparezcan las letras, único borrón destacable en un trabajo muy bien hilvanado por el productor Cachorro López.
