Género: Rock’n’Roll
Sello: Mom & Pop
8,5/10
Si haces una escucha internet-style, escaneando los temas, piensas: “Qué bien, Jon vuelve a ser como antes. Mola, pero ya está… esto ya me lo conozco”. Error. En “Meat and Bone” hay cosas interesantísimas. No es previsible. Y para conseguirlo no se basa en experimentos bizarros. De hecho, sorprende esa manera tan orgánica de mantener la energía a un nivel casi insostenible.
Si incluimos este disco en nuestra lista de lo mejor de 2012 fue por algo. Fuzz brutales, voces con slap-delay de las que hacen genitales pesicola, y un vigor creativo sin peros que valgan hacen de esta entrega una de las mejores de la discografía Blues Explosion.
Arranca ultra-punk, con esa “Black Mold” que suena a la música que hubieran hecho los Stooges de no haberse separado (“The Weirdness” no existe. Que no, ¡joder!). “Danger”, dirigida por un piano frenético a lo Scott Thurston, también hurga en la herida abierta por Iggy y los suyos, punteos perversos como el de la canción como “Strange Baby” te dejan boquiabierto, y además, amigos, hay letrazas como la de “Bottle Baby” (ya sabéis, baby es la palabra favorita del bueno de Jon), que disparan hacia el tinglado del negocio musical con un tono socarrón que sólo se adquiere con la sabiduría que da el hecho de ser un auténtico veterano. Un veterano enorme.
Con este álbum entretenidísimo -de gran variedad rítmica, y sin un sólo tropezón reseñable-, adrenalínico y genial, Spencer nos ha dado un guantazo a mano abierta cuando menos lo esperábamos.
