Todo el mundo sabe que el bueno de Macca no fue siempre el recto caballero inglés que vemos en pomposos actos de la farándula musical. La hierba (vía Bob Dylan) y el ácido (vía Peter Fonda) pasaron por el torrente sanguíneo de los cuatro Beatles a mediados de los sesenta, con diferentes resultados en cada uno de ellos. Lennon quedó fascinado por el LSD, a Ringo también le gustó, y George, sin embargo, pensó que se moría… Paul fue el menos receptivo al alucinógeno, pero la marihuana pasó a formar parte de su kit de viaje durante muchos años. Poco después, ya disuelto el grupo, la planta le trajo un grave quebradero de cabeza: el 20 de septiembre de 1972 (hace exactamente 40 años), la policía le arrestó junto a su mujer Linda, por tener una plantación en su granja de Campbeltown. Su «excusa» fue que un amigo se las envío sin decirle lo que era, y que las plantó «por curiosidad», pero sólo pudo librarse pagando una cuantiosísima multa. La cosa no acabó ahí. Meses después lanzaba el single «Hi, hi, hi» con The Wings, y la prensa se le echó encima por ese estribillo que dice «We’re gonna get hi, hi, hi». La BBC incluso censuró el tema en sus ondas.
Excavación del Día: La huerta cannábica de PAUL MCCARTNEY
por HRB