O! SISTER, crónica de una noche de buena mala vida en el Café Central

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Música deliciosa para una Gran Depresión asquerosa. Ocurrió a finales de los años 20 en EE.UU. y, durante una semana, está ocurriendo en el Café Central de la capital, que acoge hasta el domingo un revival capaz de transportar noventa años atrás de la mano de un sexteto sevillano que ya es todo un fenómeno de popularidad.

Con un llenazo hasta los topes, y docenas de curiosos suspirando con cara de “si lo hubiera sabido” tras las cristaleras del pequeño club jazzero de la Plaza del Ángel, O! Sister arrancaron este lunes la ronda de conciertos que termina el próximo domingo, con la que presentan su segundo trabajo, “Shout, Sister!”, una nueva declaración de amor por los años dorados del dixie y el swing estadounidenses.

Lo mejor, sin embargo, no es el cancionero en sí, obviamente brillante al remitir a autores como Cole Porter, Louis Armstrong, Irving Berlin o Duke Ellington, sino la excepcional interpretación que han edificado los sevillanos a lo largo de su corta pero intensa vida sobre los escenarios.

La estética es lo primero, con un estar y un vestir perfectamente estudiado, de libro. Pero después viene el oficio musical, armoniosamente académico pero lleno de espontaneidad y frescura, que igual provoca admiración o sonoras carcajadas de complicidad. Hay que observarles muy bien: mantienen la exacta distancia respecto al micrófono para crear la calidez sonora ideal, manejan juegos bocales –así, con “b”- con los que obtienen nuevos instrumentos de viento, sus miradas se entrelazan en diálogos tan fructíferos que construyen ligerísimas improvisaciones que añaden réditos inesperados, y es que su medida de cada factor interpretativo transmite un grandísimo talento y muchas, muchas horas de búsqueda de la perfección.

Pablo Cabra a la batería, Matías Comino a la guitarra, Camilo Bosso al contrabajo, y Helena Amado, Paula Padilla y Marcos Padilla a las voces, empastaron su arte con resultados por momentos celestiales, en los que las armonías revoloteaban por el Central entre los aplausos de un ufano público que disfrutó de dos horas de clásicos como “Shine on, Harvest Moon”, el “Shout Sister Shout” de las Boswell Sisters, o las piezas de “Calle 42” -el musical de 1933 protagonizado por Ginger Rogers- “Shuffle off to Bufalo” o “Forty second Street”.

Entre número y número, las cantantes del grupo van explicando el origen de las tonadas con un hilarante pero muy efectivo sentido de la pedagogía, completando un espectáculo con mayúsculas que termina insuflando buenas vibraciones y ganas de pasarlo bien. Como dijo Helena Amado en un momento de puro alborozo: “muchas de estas canciones surgieron de la mala vida, que sé que os gusta mucho a todos”. Efectivamente, mala vida. Pero de la buena.

OS RECORDAMOS QUE SORTEAMOS 2 ENTRADAS PARA VERLOS ESTE MIÉRCOLES O JUEVES EN EL CAFÉ CENTRAL

PUBLICADO POR NACHO SERRANO EN ABC

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