Sello: Homesick
PUNTUACIÓN: 6
Muchas, muchas escuchas preceden esta opinión sobre el proyecto de Miquel Vilella. Porque había buena predisposición. Una nueva banda de pop folk cuyo debut comienza con una guitarra cautivadora parecía suministrar un revelación a proclamar. Pero a pesar de manejar interesantes influencias, el resultado no convence por una -a nuestro juicio- fallida apuesta vocal.
La sección de cuerdas es estupenda a lo largo de todo el disco, y es fácil identificarse con la huída de la obviedad que hay en melodías y ritmos. Dejarse llevar por la voz es, sin embargo, tarea imposible. No se integra con la banda, suena en otro plano, con la misma emoción pero en un tono carente de esa magia imprescindible para revolotear con las armonías del folk americano.
La aguda escasez de registros queda aliviada en los momentos corales o de voces dobladas, pero uno acaba incluso irritado ante el tosco inglés de Vilella, desplegado con dudosa gramática y sin la gracia que pueden tener otros anglocantantes macarrónicos como Bigott.
No todo es negativo en este sentido, pues como decíamos, hay emoción en su garganta. Pero sin duda este el gran desafío que tiene por delante esta banda prometedora -de verdad, no es plato de buen gusto criticar de este modo cuando ves madera- que incluso maneja elementos de pop sintético con soltura y coherencia en un disco de tan marcado sello folkie.