30 aniversario de la muerte de THELONIOUS MONK

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Treinta años después de su desaparición, Thelonious Monk sigue siendo una de las voces instrumentales más importantes del siglo XX y de los escasos años que llevamos del XXI, en el que, por cierto, todas las músicas han empezado a confundirse. Tan relevante es el pianista que los analistas dados a la grandilocuencia le sitúan a la altura de Louis Armstrong o Duke Ellington, y cabe decir que con bastante fundamento.

Al margen de las preferencias personales, lo cierto es que resulta imposible sumergirse en la música del tiempo en que permaneció activo Monk (entre 1940 y 1972; o sea, antes de instalarse en un siniestro periodo de silencio del que nunca más salió) sin quedar seducido por una obra en la que el artificio improvisado pareció siempre tan natural como la cosa escrita. Lo que cuidaba por encima de cualquier otra cosa el pianista, era el toque, el estilo. Y lo hacía mimando el fraseo, entregándonoslo en papel de regalo.

Músicos estadounidenses de todas las cataduras frecuentaron a Monk, y siempre sus opiniones fueron ejemplares, tanto si se trata de Kenny Clarke o Sonny Rollins, Coleman Hawkins, Roy Haynes o Dizzy Gillespie. Con Monk, terminó una época, que es también un poco la de todos, habida cuenta de que, en treinta años, el mundo no nos ha permitido conocer a otro como él.

Hoy le dedicamos la Excavación del Día de HRB, con este «Round About Midnight». Tres minutos de puro genio.

 

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