Sus últimos años fueron muy injustos para él: en 1990 un accidente durante un concierto (se le cayeron encima los focos) le dejó tetrapléjico, en 1998 le tuvo que ser amputada una pierna por el agravamiento de su diabetes, y sólo un año después moría por las complicaciones de dicha enfermedad. Sí, injusto final para uno de los personajes más íntegros del soul, uno de los pocos que escribía sus propias canciones, que huía del éxito comercial (por eso nunca simpatizó con la amable Motown) que y se acercaba orgullosamente al blaxploitation, el uptown soul y la psicodelia. Le recordamos aquí con esta Excavación del Día de 1967, con la estupendísima «We’re a winner» de los Impressions, banda que lideró antes de emprender su carrera en solitario.