Género: Rock
PUNTUACIÓN: 7
Primera consideración: Topo son sinónimo de calidad, una especie de pleno al quince en la música española, un oasis en medio del desierto, bendita luz para iluminar el triste panorama, en una escena dominada mayoritariamente por la cutre vulgaridad versus pueril banalidad. Segunda consideración, José Luís Jiménez y Lele Laina son gente escrupulosa (artísticamente hablando) y se toman con calma sus trabajos: salen a una media de álbum por década, más o menos. Tercera consideración: para todo lo que han tardado en alumbrar este disco, la producción y los arreglos no son todo lo buenos que cabría esperar en un grupo de su entidad. Aquí decidieron no meter teclados y quizás deberían haberlo reflexionado más; aunque luego en directo, con el complemento lisérgico de Luis Cruz, como segunda guitarra (mucha veces solista), la banda suena como un cañón y entonces ya ni nos acordamos del dichoso colchón de Hammond. En cualquier caso, se agradece la sinceridad electro-acústica. Cuarta consideración, el listón quedó tan alto en obras maestras como “Marea negra”(83) y “Ciudad de músicos”(86) que cualquier plástico que editen en la actualidad siempre estará por debajo de esos himnos irrepetibles, jueces y parte de nuestras andanzas rockeras. Quinta consideración: tampoco tiene mucho sentido titular “Prohibido mirar atrás” y luego añadir tres ‘bonus tracks’ (de los cuatro que contiene el álbum) con clásicos pretéritos como las mágicas “Colores”, “El palacio del terror” y “Blues del dandy”. ¿En que quedamos?, ¿no estaba prohibido mirar atrás?. Una contradicción que asumimos con la misma naturalidad que la propia condición humana. Sexta consideración: de este disco nos gustan mucho “El bosque”, “Empezar”, “La guitarra del inglés”, “Los celtas”, “El político depredador”… canciones que en directo crecen y emocionan una barbaridad. También la maqueta “Siglo XXI” (la primera versión de “Los Celtas”), con una lírica realmente excepcional, muy en la onda de lo que siempre ha sido TOPO: pura poesía y realismo social. Séptima y última consideración: en esta ocasión, la propuesta de los madrileños, se queda en una apuesta de doce (más tres); dado como están las cosas y el ambiente que se respira, tampoco está nada mal.
Mi opinión sobre el disco: es buenísimo,sin desperdicio. Todas las canciones alucinantes. A la altura de Marea Negra, ¡o más alto todavía!, pues es raro hoy en día que se haga rock. Particularmente me gusta mas el rock sin teclados (salvo que sea sonido de piano eléctrico), así que estoy encantado. Estuve en la sala Heineken (¡ójala se llamase Sala Mahou Madrid!), y en directo es espectacular, y se oía todo perfectamente (felicidades al técnico)
Gracias TOPO por este disco. Siempre estoy haciendo propaganda del rock de mi tiempo (soy del ’64), y mucha gente me decía que dejase de hablarles de cosas antiguas. Ahora puedo hacer propaganda de un disco actual.
Por la fuerza que nos da, ¡larga vida al Rocanrol!
En mi opinión el mejor disco de Topo hasta ahora, es cierto que en los anteriores hay buenas canciones, pero «Prohibido mirar atrás» en general tiene gran altura y es un disco muy recomendable para los que quieren hacer música porque hay mucho que aprender. Topo es la esencia de nuestro rock, algo así como el Quijote en la literatura, son fuerza y te llenan las pilas de carga positiva, no dejes de comprar este disco.