Hace unos días os contábamos cómo engancharon a Willie Nelson con nada menos que 170 gramos de hierba. Esta vez le ha tocado a otro rockero, al que no se le conocían aficiones cannábicas: el batería de AC/DC, Phil Rudd, de 56 años, que fue juzgado ayer en Nueva Zelanda, tras haber sido detenido –el pasado 7 de octubre- con 27 gramos de maría en una fiesta en el puerto deportivo de Tauranga –una localidad de la costa oeste de la llamada isla norte-, y obligado a pagar 250 dólares neocelandeses para saldar su “infracción menor”. Su abogado, Tuck Craig, consiguió su libertad recordando a los magistrados que su defendido “ha ganado casi 300 millones de dólares en sus giras con AC/DC, así que no se trata de tráfico”. El pobre Rudd, al salir del juzgado, declaró: “No soy una mala persona”.