El músico valenciano ya ha publicado «Transparente», un nuevo disco grabado en su casa, en Milenia Estudios y en Río Bravo (València), y masterizado por Joe Lambert en Joe Lambert Mastering (Jersey City), que estará sonando el viernes 16 de diciembre en El Sol.
«Transparente» es un álbum de gran riqueza sonora, plagado de matices sorprendentes que no saturan por muy barroca que pueda aparentar la propuesta en un primer momento. Son diez grandes canciones de pop con mayúsculas y en negrita, trabajadas hasta el límite… como él mismo nos cuenta, «han sido unos meses de mucho trabajo, pero llegó el momento de que estas canciones dejen mi habitación de los cacharros y hagan su propio camino…». Así que escuchemos!
Este es el texto que ha escrito sobre el disco Ernesto González (Pribata Idaho, Grupo Salvaje).
¿Cómo explico que “Transparente” es pura emoción?, o ¿cómo cuento la sensación que tuve la primera vez que escuché “La Luz De Siempre”?
En cualquier caso, el problema es cómo hacerle justicia al derroche de generosidad melódica de Tórtel y sus compañeros de reparto, con los que comparte focos en esta tenaz y ensoñadora nueva puesta en escena de 10 canciones en poco más de treinta minutos.
Además de contener música, “Transparente”, late y respira, como la canción que abre el álbum, titulada precisamente así: “Respira”, una apertura entusiasta, cuya intro de sintes retrotraen a los ochenta vía Twin Shadow. Como “La Casa De Hojas”, showgaze cristalino tremendamente pegadizo con tintinenates arreglos guitarrísticos propios de Eddie Lundon.
Tan humanas cualidades, hacen que las composiciones parezcan querer vivir, o ayudarte a ello, por lo exultante y vital que suena el álbum. Sobre todo cuando las melodías tienen vocación de hit, como es el caso de “La Luz De Siempre”, “En Defensa Propia” o “Nadie Se Parece A Nosotros” redondas composiciones pop atemporales de enérgicos estribillos.
“La Luz de Siempre” es un homenaje al buen gusto y a la canción pop de siempre. La recordaremos por su inspiración “wall of sound”, un poco Spector , además de por ese estribillo perfecto, en fondo y forma, dirigido a los que, digo yo, no se rinden: “No, no sé muy bien cómo empezar. Perdedores les habló su capitán. Para empezar a ser perfectos, basta con huir de los espejos”.
En el álbum está lo que escuchas y lo que ves, que son muchas cosas, todas bonitas, escritas con buena letra y pensadas para ser queridas. Pero también está la honradez y la pasión que rezuma.
“Transparente” es un compendio de canciones enormes, técnica y sentimentalmente, que arañan la coraza e infestan el corazón.
La habilidad para mezclar lo orgánico con lo sintético, lo analógico con lo digital, son los pilares que, junto con la cálida voz de Tórtel, crean la receta de ese sonido tan característico, tan rico en detalles y prolijo en matices, que nace con Buddy Holly y llega hasta nuestros días. Una fórmula sencilla que, debidamente aderezada con esa imaginería tan poderosa de las letras, se ha convertido en el marchamo de calidad de este autor que no ceja en su empeño de abrir camino a cada paso que da.
“Transparente” es un elogio del pop como fin último.
