Hablar de Dover es casi tan comprometido como hablar de política o religión. La razón la conocemos todos; un grupo que llevaba el grunge más noventero por bandera y con una gran trayectoria decide dar un giro casi radical en su carrera para reinventarse dentro del pop electrónico. Las reacciones, a menudo no precisamente positivas, no se hicieron esperar. Pero lejos de la opinión que podamos tener de sus decisiones como banda, llama bastante la atención que ahora, por primera vez en nueve años, los madrileños deciden mirar hacia atrás y programar una gira nacional dedicada a “Devil came to me”, su segundo disco que los catapultó a las estrellas.
Ni sintes, ni bailoteos, ni inventos. Dover regresa a las guitarras contundentes y altas, a las voces desgañitadas y a las canciones que los pusieron en el mapa hace ya quince años. Y qué mejor lugar que “El Sol”, la primera sala donde colgaron el cartel de “Sold Out” en su carrera, para volver a hacerlo este 8 y 9 de marzo.
Pero si bien es peligroso alejarse de la senda como ya hicieron una vez, echar un vistazo hacia atrás de esta forma tampoco carece de riesgo a estas alturas. ¿Sabe Dover que gran parte del público que está agotando las entradas de esta gira es un público que jamás acudiría a verles tocar su nuevo material? ¿Saben el tipo de expectativas que puede causar un concierto así entre sus antiguos seguidores? Entre aquellos que hayan “perdonado la blasfemia”, claro, ya que muchos se sienten tan traicionados que no quieren volver a saber nada. Y es una pena; porque el espectáculo que ofreció Dover anoche les hubiera satisfecho con creces.
Cerca de las once de la noche, el cuarteto abría su set con “Rain of the times” y la sorpresa era mayúscula. Dover seguían ahí; intactos, potentes, frescos y en plena forma. Casi parecía un sueño, un producto de una máquina del tiempo. Cristina, cuya figura, ahora casi esquelética era lo único que chocaba de aquel “flashback”, rugía al micrófono a lomos de una stratocaster azul mientras su hermana Amparo; esta sí, igualmente delgada y completamente fiel a la estampa, distorsionaba su telecaster de siempre sin poder ocultar una constante sonrisa. Hubo lugar para rescatar también temas tanto de “Sister” como de “Late at Night”, y la mayor de las hermanas Llanos no fue capaz de soltar el micrófono entre canción y canción ni una sola vez, ofreciendo todo tipo de anécdotas y agradecimientos a los presentes. Si ya impresiona ver que Dover son perfectamente capaces de imprimir la misma calidad y frescura que todos recordamos, aún más impresiona ver lo mucho que disfrutaron anoche haciéndolo.
La reacción del público, que en su mayoría rondaba los treinta, fue acorde a lo transmitido desde el escenario. Entre gritos de “estos sí son mis Dover” y similares, los asistentes se fusionaron en uno saltando, cantando y desviviéndose más y más hasta un apoteósico “Loli Jackson” que desembocó en un abrazo final tanto simbólico como literal entre un público y un grupo que lo habían dado todo para disfrutar mutuamente el uno del otro al máximo.
Una vez terminado semejante espectáculo, nos queda la sensación de haber viajado hacia atrás en el tiempo, y más y más preguntas sin respuesta. ¿Volverá Dover a sus raíces? ¿Sacarán otro disco fiel a su estilo original? ¿Son conscientes del efecto que aún causan sus antiguas canciones en el público? ¿Por qué el cambio? ¿Por qué?
Que buena noticia!!! Habrá que escucharlos!!
EL CONCIERTO DE MI VIDA!!! Fue increíble, nunca he tenido un Déjà vu tan real. La verdad es que estoy sin palabras, cañeros, cercanos y, lo más importante, lo bien que se lo estaban pasando!! Fueron capaces de transmitírnoslo a todos los allí presentes.
La primera vez que vivo un concierto en el que los cantantes no ponen el escenario a 2 metros de la gente por «precaución» y no contentos con eso, encima se dejaron caer al público!! Ahí estábamos nosotros codo con codo con Mario Vaquerizo haciendo de colchón humano.
GRANDES!!
Increíble concierto, increíble banda y personas! Verles disfrutar como lo estaban haciendo ayer te hace a ti disfrutar el doble.
Me temo que el resto de otros grupos a los que vaya a ver me defraudarán por no estar a la altura de este jaja!
Que sigan en esta línea y se dejen de rollos electrónicos!!!! Y que vuelvan pronto a tocar King George y otras que se echaron en falta ayer!!
Estuve en la Sol el dia 9. Antes del concierto tenia mis dudas de si Dover iba a ser capaz, no de tocar bien o lograr un buen sonido (ya que eso lo daba casi por supuesto) sino de tocar con el mismo espiritu y las mismas ganas que antes.
Pues bien, despues del concierto y sudado como un pollo, llegué a una conclusión. Estos tios lo que saben hacer mejor que muchos , lo que deberian hacer y con lo que realmente disfrutan es con el puto rock. Solo habia que ver la naturalidad con la que tocaban y se dejaban llevar (no como las coreografias y los bailecitos ensayados y forzados sobre el escenario de los Dover electronicos).
Los 4 tenian una sonrisa especial en la cara, como diciendo» JODER !!! como echabamos de menos esto». A mi, una semana despues aun me dura la sonrisa y un pensamiento se me repite en la cabeza «quizas vuelvan los autenticos Dover… quizas me vuelvan a poner la piel de gallina»…
Ojalá se dieran cuenta de ello, han estado desde el 2006 experimentando con la musica y aunque no me gusto el resultado soy músico y lo respeto. Pero hagan lo que hagan en el futuro hay una cosa que nunca cambiará, y es que los Dover nacieron para dar caña con guitarras sucias, amplis con exceso de decibelios, con un bajo contundente y una bateria que acelera el pulso hasta a los muertos.
Gracias Dover.
El 15 de marzo tocaron la banda Beach House en la sala Riviera. Un grupo que transmite una energía mayor que muchos otros y con un espíritu de creación absoluta, estos dos canadienses nos dejaron sin habla, sus canciones de pop minimalista con ese toque melancólico hacen ver que esta banda tiene una personalidad de calidad. Pero en cambio no se hizo ninguna crónica sobre ellos…habéis dejado pasar la oportunidad de ver a un gran grupo que seguro llegará muy lejos…
Tienes toda la razón. Ojalá pudiéramos estar en todo! Necesitamos más colaboradores jaja.
Saludos