Continuamos este especial iniciado con Alejandro Escovedo charlando con Paul Smith, cantante de la banda británica Mäximo Park, que presenta este sábado su cuarto disco, «The National Health», en Matadero Madrid dentro de las celebraciones por el Día de la Música.
– Cuéntanos cómo fue grabar este cuarto disco.
– El proceso de grabación empezó despacio, porque después de publicar tres discos y hacer largas giras, nos dimos un descanso más largo de lo habitual. Así que cuando nos reencontramos estábamos un poco desentrenados. Costó un poquito arrancar, pero una vez llegamos a donde queríamos, sentimos una gran confianza en nosotros mismos porque las canciones que íbamos componiendo nos recordaron quiénes somos, y por qué empezamos en esto. Creo que «The National Health» tiene mucho de la fuerza con la que iniciamos nuestra carrera.
– Habéis vuelto con el productor Gil Norton, ¿por qué?
– Sí, Gil Norton produjo nuestro segundo disco, y recordamos viejos tiempos para ponernos en situación: antes de entrar al estudio, estuvimos con él tocando los temas una y otra vez en Newcastle, durante toda una semana. Él nos iba diciendo: «oh, eso está muy bien, pero podría estar mucho mejor» (risas). Ser exigentes eliminó muchas incertidumbres que teníamos sobre las canciones, y al grabarlas ya estaba todo muy pulido. Esa semana fue tan buen que nos sentíamos como Superman al entrar a grabar.
– ¿Y por qué empezásteis en esto?
– Porque amamos la música pop. Pero la amamos a nuestra manera. Consideramos que debe mostrar un lado adictivo, pero también otro inteligente. Alrededor de estribillos pegadizos tiene que haber melodías construidas con mimo.
– ¿Qué es lo mejor de tocar al aire libre, y lo mejor de tocar en un club?
– Te lo diré de una forma poética (risas). Cuando toco al aire libre, me alucina escuchar los gritos de la gente mientras me da el viento en la cara y miro al cielo. Además se crea una sensación de comunidad muy chula en los festivales. En un club, me pone mucho cuando se le ve el blanco de los ojos al público. Es una situación que me estremece, cuando todos esos ojillos te miran al ritmo del baile.
– En doce años nunca habéis tenido un cambio de formación, ¿cómo se consigue eso?
– Creyendo en las canciones que creamos entre todos. Podemos tener opiniones muy diferentes, pero compartimos el mismo amor por la música. Con el tiempo aprendes a ser menos sensible o vulnerable ante las críticas de tus compañeros de grupo, cuesta, pero te das cuenta de que la mayoría de las veces son para mejorar, no para tocarte los huevos (risas). A mí me pasaba eso con mis letras al principio. Hay que hablar, debatir sobre todo lo que tienes en la cabeza, si te guardas algo que no te gusta termina explotando. En Mäximo Park nos preocupamos por solucionar los problemas, que no queden ocultos. Al final, tienes que recordar que todo esto es por placer, que es un honor poder vivir de un oficio como el de tocar música para la gente, de hacer sus vidas un poco mejores durante un rato. Las bandas que se separan por enfados o mosqueos entre sus miembros se olvidan de lo bueno que es este trabajo.
– ¿Tenéis proyectos paralelos ahora mismo?
– Duncan está colaborando con una cantante de Sunderland para montar una banda, pero no quiere que se sepa mucho más por ahora (risas), es un poco supersticioso. Yo estoy componiendo una canción para un poema, a petición de una asociación de poetas de Newcastle, que tiene un local por el que ha pasado gente como Allen Ginsberg. ¡Y toco el banjo!
– ¿Qué opinas sobre la importancia de hablar sobre cómo está el mundo en las letras de las canciones? ¿Qué piensas de esas bandas que no paran de escribir letras edulcoradas, de color de rosa, ahora que la situación internacional es tan jodida?
– Muchos compositores están siendo influidos por la situación, y nosotros no somos una excepción. Creo que las canciones deberían estimular la mente, hacer preguntas, pero también es necesario tener espacios para el escapismo, aunque sea durante media hora. Los mejores discos son los que son honestos con la realidad, y honestamente, el mundo es una mierda pero siguen quedando rayos de esperanza.
– Para terminar, ¿cuantas canciones del nuevo disco tocaréis en el Día de la Música?
– Buena pregunta… la verdad es que no sabemos exactamente cuánto tiempo tendremos. Si disponemos de una hora, ten por seguro que os mostraremos unas cinco o seis canciones de «The National Health», Tenemos ganas de que se os queden en la cabeza (risas).