Hablamos con el que fuera bajista de Pantera con motivo de la reedición de «Vulgar Display of Power«, a los 20 años de su lanzamiento. Tras la disolución del grupo, Rex Brown se unió a Phil Anselmo en Down, pero ahora tiene otra banda llamada Kill Devil Hill, que girará por Europa en septiembre. Entre sus próximos proyectos está «la publicación de un libro el próximo 27 de noviembre, donde cuento toda la historia de Pantera desde mi perspectiva, de cómo se cumplió mi sueño de estar en la banda más grande del planeta, y por supuesto, de cómo se fue todo a la mierda».
La historia de un monstruo del metal
A día de hoy Pantera siguen siendo los tipos más duros que haya habido en el panorama metalero internacional, pero no sólo eso: también los más alcohólicos, fumetas, camorristas, innovadores, geniales y arrolladores. Eran los intocables del metal. Y eso fue, en gran medida, gracias a «Vulgar Display of Power».
La semilla la puso «Cowboys from Hell«, el excepcional disco que rompió la desapercibida trayectoria hair metal que había mantenido el grupo a lo largo de cinco álbumes en los que sólo se pudo atisbar someramente el inigualable talento de todos sus miembros, especialmente uno de ellos, el guitarrista Dimebag Darrell, un genio a incluir en ese Top Ten liderado por Jimi Hendrix y que, afortunadamente, fue rechazado en su día por Dave Mustaine para obtener plaza en Megadeth. Aquella banda de vaqueros del infierno, con Phil Anselmo y Rex sustituyendo a Terry Glaze -sustituto a su vez de Donnie Hart, el vocalista fundador- y Tommy Bradford en voz y bajo respectivamente, estaba a punto de convertirse en leyenda con la publicación de un nuevo trabajo ahora indispensable en cualquier discoteca rockera que se precie.
Su intención era convertirse en los «Mike Tyson del metal», y vaya si lo consiguieron. «Queríamos crear un monstruo», nos cuenta Rex, lleno de orgullo por el renacer de su criatura. «Entrábamos cada día al estudio diciéndonos que había que conseguirlo, que teníamos que ser los mejores, que tenía que funcionar. Creo que lo grabamos tan rápido por la gran concentración y perseverancia que volcamos en él. Fuimos a por ello con todo, y 20 años después, es maravilloso despertarse por las mañanas y recordar la obra maestra que sigue siendo».
Al grabar música se puede intentar ser original, o se puede intentar hacer lo que te sale de dentro. Y eso último es lo que Pantera hicieron. Fueron sinceros, honestos y auténticos, genuinos, y así consiguieron ser originales.»Fue todo absolutamente natural, en el sentido de que éramos cuatro jóvenes intentando hacer el disco más heavy de todos los tiempos, no pensando en el dinero y la fama. Obviamente ambos llegaron cuando vendimos millones de copias, pero nuestro impulso era siempre ir más allá para sacar toda la fiereza que sabíamos que podíamos imprimir en nuestras canciones». Ese arrojo, sumado a las magníficas dotes compositivas de Darrell, un fanático de la música desde que se puso a dos patas, dio como resultado «Vulgar Display of Power».
Cuando salió publicado el disco, en cuestión de días se convirtieron en la banda más potente sobre la faz de la tierra, con una recopilación de canciones que no sólo rozaba el hardcore y el thrash metal, sino que también se paseaba con garbo por terrenos baladísticos. «Realmente no estábamos muy convencidos de las baladas -confiesa Rex-, pero nos obsesionamos con mejorarlas hasta que nos dejaran noqueados. «Hollow«, por poner un ejemplo, fue compuesta en dos sesiones, con una noche de por medio. Cuando al día siguiente Phil volvió y escuchó lo que teníamos, fue como «¡Wow! Tíos, ¿cómo habéis hecho esto?» Se quedó boquiabierto con la parte acústica del principio, que se convertía en un ataque frontal según avanzaba el tema. La cara que puso esa mañana es uno de mis recuerdos más vívidos de aquella época».
La portentosa e intimidatoria voz de Anselmo y la férrea sección rítmica de Rex se pusieron al servicio de dos verdaderos genios, los dos hermanos que montaron el grupo en 1981. Una vez escuchado «Vulgar Display of Power», todos los bateristas del mundo supieron que había un tipo llamado Vinnie Paul cuya técnica era (y es) imposible de imitar, y a Dimebag Darrell se le encumbró en el olimpo de los hachas rockeros gracias a sus brillantes riffs y a sus solos, galácticos, corrosivos, punzantes. Era, sin duda, algo nuevo. «Sabíamos que habíamos abierto una brecha en el género, por donde colarnos y seguir haciendo discos poderosos, furiosos, como nunca antes se habían hecho», dice Rex. «Canciones como «Fucking Hostile» crearon una marca, un sonido propio que habíamos estado madurando desde «Cowboys from Hell». Su solidez, su espontaneidad, hicieron de «Vulgar…» un clásico, y tener eso en tu carrera es un honor para cualquier músico». Esta reedición, además, supone una satisfacción extra para Rex, al incluir -aparte de un DVD con un concierto en Italia- un tema inédito llamado «Piss» que salió de su bajo, pero que quedó fuera del plástico en el lanzamiento de 1992. «Teníamos sólo una intro para el tema, y un día me quedé solo en el estudio y empecé a trabajar sobre el pre-estribillo. Saqué un riff cojonudo pero vimos que no nos hacían falta más canciones, y ese riff terminó siendo usado en un tema, «Use my third arm«, que salió en un disco posterior. En ese momento pensamos que no encajaría en «Vulgar Display of Power», pero ahora veo que estábamos completamente equivocados, porque encaja a las mil maravillas».
Como bien explica Rex, el disco «marcó un punto de partida, una referencia, una piedra angular para miles de bandas en todo el mundo, que intentaban emularnos pero no podían», y también para Pantera fue el definitivo punto y aparte. «Ya sabíamos qué teníamos que hacer, cómo grabar los siguientes discos», afirma Rex. Y efectivamente, todos los trabajos sucesores, hasta el mismísimo fin del grupo, fueron impresionantes. «Vulgar Display of Power» les inspiró para el resto de sus vidas.
Lamentablemente, y al igual que en tantas y tantas otras ocasiones, las drogas duras lo echaron todo a perder. Phil Anselmo cayó en una espiral de consumo de heroína que a punto estuvo de acabar con su vida, y que sí acabó del todo con su relación con los hermanos Vinnie Paul y Dimebag Darrell. Disuelto el grupo por la imposibilidad de contar con un cantante medianamente sobrio, éstos esperaron a que Anselmo superara su adicción. Pero nada más lejos. Anselmo montó nuevas bandas y no se cortó en echar pestes sobre sus ex compañeros en la prensa hast que un mal día, cruzó una línea que no debió cruzar. «A Darrell deberían darle una buena paliza», dijo en un medio especializado. Poco después, un enajenado, frustrado por la separación de Pantera, se tomaba al pie de la letra la afirmación llevándola incluso más lejos. El 8 de diciembre de 2004, exactamente 24 años después del asesinato de John Lennon, acudió armado a un concierto de Damage Plan (nuevo conjunto formado por los hermanos) y asesinó a 6 personas, entre ellas Dimebag Darrell, su primera diana. La mujer del guitarrista, convencida de que el psicópata actuó motivado por las palabras de Anselmo, le prohibió acudir al funeral. La historia de Pantera había terminado.
Preguntar por este tema a Rex era un asunto a todas luces peliagudo, pero recientes declaraciones de Vinnie Paul, insinuando que «Zakk Wylde -amigo íntimo de Darrell- sería el único sustituto posible para mi hermano», obligaban por mera cuestión periodística. «Eso es un montón de mierda», replica Rex al otro lado del teléfono. «Un periodista dice una cosa, luego otro dice otra… y son todo tergiversaciones. Eso nunca, absolutamente nunca, ocurrirá. El tema está cerrado y no nos gusta ni pensar en reabrirlo. Nos han ofrecido millones de dólares por hacerlo, pero no va a tener lugar ninguna jodida reunión. Nunca».
El fin de la historia de Pantera es realmente triste. O quizá no tanto, según se mire. Darrell murió sobre el escenario, haciendo lo que amaba, y para él se organizó un entierro por todo lo alto al que acudieron docenas de estrellas del rock’n’roll, incluyendo a Eddie Van Halen, el mito, el héroe, el ídolo del fallecido, quien añadió su preciada y legendaria guitarra dorada al cargamento de 15 botellas de Jack Daniel’s que se colocó junto al ataúd. Tal y como dijo su mejor amigo Zakk Wylde: «Si Dimebag hubiera sabido en vida que en su entierro Eddie Van Halen colocaría su guitarra junto a él en su ataúd, hubiera dicho: mátame ahora».
(AMPLIACIÓN DEL REPORTAJE PUBLICADO EN ABC POR NACHO SERRANO)
Terry Glaze, VOCALISTA ORIGINAL DE PanterA, FUE QUIEN REALMENTE DIJO: “Si Dimebag hubiera sabido en vida que en su entierro Eddie Van Halen colocaría su guitarra junto a él en su ataúd, hubiera dicho: mátame ahora”.