Crítica – JULIO CASTEJÓN «Vía cortada al paraíso»

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Género: Rock
Sello: The Fish Factory
PUNTUACIÓN: 7,5

El líder y alma máter de Asfalto publica su tercer disco en solitario, un álbum muy lírico y sinfónico que se sale de los cánones de lo habitual, y que de mediar otra realidad social y musical, bien pudiera haber salido bajo el auspicio de la banda madre, pues ese era el deseo original pero diversas disensiones en el seno de la formación y un panorama poco alentador en lo comercial, convenció al autor de “Días de escuela” a tomarse un respiro, retomando su nunca bien ponderada carrera en solitario.

Convengamos que cada disco de Julio Castejón, ya sea con Asfalto o en solitario, es un verdadero regalo para los oídos, tal es la calidad vocal y armónica que atesora este músico sin igual. Poco amigo de encasillamientos, siempre se ha movido en esa tierra de nadie que aquí se catalogó bajo el epígrafe de ‘rock urbano’. Promotor declarado del humanismo más radiante, Julio Castejón viene a recordarnos en sus acordes lo mejor del pop ilustrado, del rock progresivo y de la canción de autor con mayúsculas en unas composiciones que traspasan géneros y fronteras. ¿Pero, a estas alturas, interesa la música con mensaje?, podría preguntarse un despistado transeúnte. Esa es otra cuestión amigo Sancho. Con la postmodernidad hemos topado. En un tiempo donde se impone lo banal, la frivolidad del mundo tuitero, lo intrascendente, las propuestas de usar y tirar, artistas como Castejón lo llevan claro. Y si falla todo lo demás, ahí está (bien plantada por los emporios de la comunicación) la presa de las seis gargantas dispuesta a silenciar todo aquello que suene a compromiso social. “Son los desechos de un sistema que corrompe y envenena, mercado para vender, manicomio y anatema de la globalización”.

En nueve preciosas canciones, deposita Julio Castejón su ilusión en un mundo mejor. Desde la suite progresiva que abre el disco “Vía cortada al paraíso” cuyo explícito título ya lo dice todo, al silbido cortante de “El afilador”, lanzando un grito desesperado: “Salvation”. Otros profetas musicales como Bob Dylan ya lo anunciaron hace veinte años: “World gone wrong”. Roger Waters dio un paso más en la maravillosa e imprescindible ópera “Amused to death”(92), sobre lo que se nos venía encima. ‘Demasiada impunidad, demasiada inmunidad’, de todos aquellos que están “En la cima del mundo” y se permiten perpetrar guerras y arruinar países, y que además saldan sus crímenes gratis-total (convertidos luego en millonarios conferenciantes), otra de las tonadas más lucidas y arrebatadoras del disco. Reducidos todos a ser “Hijos de Guillermo Tell”, adorando al Becerro de Oro, que amén de falso es irreal. Cayeron torres más altas y explotó la burbuja, que nos ha dejado con el culo al aire, en la intemperie y en el peor momento. Luis Eduardo Aute lo cuenta con rabiosa poesía en su último elepé. “Peso ligero, carga pesada”, víctimas olvidadas y la soledad de los perdedores, “In memoriam”, por los derechos humanos, por el sueño de la posguerra y por el estado del bienestar que se desvanece como lágrimas en la lluvia.

Hace casi dos décadas ya nos advertían de esto mismo en el “Planeta de los locos”: “El terror son las noticias, a las nueve en televisión”. Mismos ingredientes, nunca contados con tanta amargura, pese al propósito positivo y alentador. “Ya no hay parcelas al Este del Edén, no quedan dioses que nos quieran proteger, quebró el sistema y los centros de poder que se olviden de ti. Ahora es tiempo de pensar que tal vez sí. Tú podrás, levantarte una vez más y resistir”. “Abre los ojos”, otro mundo es posible.

3 Comments

  1. Pues despues de varias escuchas solo puedo decir que puede tener mensaje, pero lo que no tiene es lo que hay que darle al que escucha: ganas de terminar de escucharlo en su totalidad. Me ha costado tener que aceptar que la conclusión que saco es que este disco es un coñazo. Julio Castejón se equivoca (una vez mas).

    • Llevas razón Jose Luís, Julio Castejón se equivoca una vez más, lo lleva haciendo durante 40 años. Se equivoca de mundo, de sociedad, de modelo. Bajo mi opinión, Castejón no hace música que sirva de ruido de fondo mientras te bebes unas cervezas con los amigos, exige la intención de querer escucharla porque está en otra frecuencia que seguramente, muchos, se ve que tú entre ellos, sois incapaces de sintonizar. A mi me parece una obra de arte que se suma a las muchas que ya nos ha regalado en todos estos años. Respeto tu opinión pero somos algunos cuantos los que no la compartimos.

  2. Siento apoyar el comentario de Jose Luis… pero a mi también me parece un truño de disco. Vamos, que es un quiero y no puedo…. hay que ir reciclando el mercado porque las viejas glorias están ancladas en el siglo pasado. Julio Castejón, Asfalto, Topo, Lujuria…. lo que me parece más triste es que no salga savia nueva capaz de quitar a semejantes dinosaurios de en medio…

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