1er aniversario de la muerte de SOLOMON BURKE

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Hace exactamente un año, el grandísimo cantante de Philadelphia era bajado en camilla de un avión en el aeropuerto holandés de Schiphol. Poco antes de aterrizar había sufrido un fallo cardíaco, y ya no se podía hacer nada por él. Un final quizá tan inmerecido como el reconocimiento a su trayectoria: digno, sí, pero no a la altura de su talento. Suerte que en 2002 el disco «Don’t give up on me» hizo algo de justicia, devolviéndole a los focos con una lista de composiciones que artistas como Bob Dylan, Van Morrison, Nick Lowe, Elvis Costello, Tom Waits o Brian Wilson escribieron especialmente para él, y que sirvieron de sentido homenaje del mundo de la música hacia uno de sus grandes paladines.

Arrancó con una estupenda etapa góspel en la segunda mitad de los 50, pero Burke, amigo del country, empezó a hacerse un nombre en EE.UU. con versiones de clásicos como «Just Out Of Reach Of My Open Arms» o incluso el «Proud Mary» de la Creedence, para después dejar una huella indeleble con composiciones ciclópeas del romanticismo musical como «Cry to me«, o infalibles rompepistas como el «Everybody Needs Somebody To Love» que tan bien reprodujeron los Blues Brothers o incluso los Rolling Stones. Los 60 fueron sus años de mayor popularidad y también los más prolíficos, si bien  nunca dejó de pasar más de 4 años entre disco y disco, hasta su despedida el año pasado con «Hold on Tight», precisamente el álbum que se disponía a presentar en Holanda aquel fatídico día, junto a la banda De Dijk. Nuestra Excavación del Día rinde homenaje a este trabajo que no pudo presentarnos en directo.

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