Las noticias más dicharacheras de la semana

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He aquí la segunda entrega de «las noticias más dicharacheras». Comenzamos con la dichosa Mariah Carey, pero también son protagonistas los dos reyes, el del pop y el del rock…

Mariah Carey lleva a sus perros al psicólogo

Mariah Carey está embarazada de gemelos y teme que su nacimiento suponga un problema para sus cuatro perros, así que ha decidido llevarles al psicólogo canino para evitar que sufran el síndrome del ‘príncipe destronado’. La cantante tiene cuatro Jack Russell terriers, una raza que suele ser «celosa y posesiva sobre sus dueños» y Carey no quiere que sufran cuando nazcan los bebés, así que les está llevando a un psicólogo de mascotas que les ayudará a sobrellevar los cambios. La cantante llegó a sacarlos en uno de sus videoclips, y durante la grabación los perros fueron tratados como estrellas en sí mismas. «Tengo un equipo para mí, pero mis cachorros tienen un mini equipo para ellos, por supuesto! ¿Y por qué no lo iban a tener? Fue un gran rodaje e incluso mi equipo tenía su propio equipo, mi estilista tenía ayudante y mi seguridad tenía seguridad extra», sentenció Carey en su día.

Joseph Jackson: «Michael presentía de algún modo que iba a morir y se lo había dicho a su madre»

La frase la ha soltado Joseph, el padre de Jacko, en su visita a España para firmar un acuerdo entre la Jackson Family Foundation y el espectáculo musical ‘Forever King of Pop’, al que cubrió de halagos.  Todo un circo mediático para sacar tajada -el espectáculo va a ir a otros países-, especialmente teniendo en cuenta Michael era un paranoico absoluto. El responsable de crear un mito a base de mamporros afirma ahora que «la gente de su entorno no era la adecuada». Sobre todo tú, Joseph.

Priscilla Presley quiere un capítulo de ‘Glee’ dedicado a Elvis Presley

La que fuera esposa del Elvis Presley ha pensado que sería una estupenda idea que la serie musical dedique un capítulo al cantante. En su opinión, esta sería una excelente forma de rendirle un nuevo tributo a la voz del Rey del Rock. Sí Priscilla, seguro que ese sería un gran tributo…

Los instrumentos de música pueden ser un riesgo para la salud infantil

Un equipo de la Academia Americana de Odontología General (AGD, en sus siglas en inglés) asegura que tocar un instrumento de música puede representar un riesgo para la salud de los músicos, sobre todo si son niños, tras haber comprobado que pueden albergar diferentes tipos de hongos y bacterias. Según los resultados de un estudio que publica en su último número la revista ‘General Dentistry’, esta contaminación se ha detectado tanto en instrumentos de metal como de madera, generalmente ya usados, y algunas de las bacterias detectadas se asocian a enfermedades infecciosas y alérgicas «muy serias». No será para tanto hombre, si uno es limpio con su instrumento.

Bisbal vuelve a cagarla en Twitter

David Bisbal vuelve a ser tema del momento en Twitter por utilizar el ‘hashtag’ #prayforjapan para promocionar uno de sus conciertos. El ‘hashtag’ en cuestión es uno de los temas del momento, significa ‘rezar por Japón’ y estaba siendo usado en señal de solidaridad con las víctimas de la catástrofe natural. Utilizando #prayforjapan, Bisbal ha escrito tres comentarios distintos en su Twitter. En el primer ‘tuit’ Bisbal simplemente escribe #prayforjapan. En el segundo, el cantante ha escrito un enlace al diario ‘La Voz de Almería’ en el que se ofrecen entradas con descuento para uno de sus conciertos y ha añadido #prayforjapan, un gesto que muchos han interpretado como una maniobra de promoción del concierto.  

Nos gusta la música triste por una cuestión de hormonas

Aquellos a los que le gusta escuchar música triste podrían ser, en realidad, adictos a una hormona segregada por nuestro cuerpo que viene a servir como calmante de la pena, mientras que los que odian ese tipo de música podrían carecer de dicha hormona. Esta es una de las hipótesis que maneja David Huron, un investigador de la Escuela Estatal deMúsica y Centro para la Ciencia Cognitiva de Ohio, que tomó muestras de sangre en su laboratorio de distintos sujetos mientras escuchaban música triste, música alegre y no escuchaban nada. Sus elecciones: ‘Adagio for Strings’ de Samuel Barber, ‘Wicked Game’ de Chris Isaak y ‘Apollo: Atmospheres and Soundtracks’ de Brian Eno en el lado de la música triste; en el lado de la música alegre, principalmente bluegrass. «Lo que pensamos que pasa en el caso de la música triste es que las estructuras subcorticales (del cerebro) de la gente que la está escuchando responden empatizando con la tristeza y eso induce a la tristeza», señala el profesor, que atribuye el placer por escuchar música triste a la prolactina, una hormona habitualmente asociada a la lactancia y el embarazo. Según explica Huron en una entrevista con la revista ‘San Francisco Classical Voice’, la prolactina vendría ser «un poco como la madre naturaleza abrazándote, consolándote y diciéndote ‘vale, vale, está bien'». «Cuando vives una experiencia dolorosa -como la muerte de tu perro- recibes una inyección de prolactina que evita que la pena se te vaya de las manos. Imagina que pudieras engañar a tu cerebro para pensar en que tu perro ha muerto, pero al final del día, no pudieras. Esas estructuras subcorticales empezarán a ponerse en modo pena y obtendrás la prolactina, que es el freno al dolor», explica. «Pero la parte cognitiva de tu cerebro dirá ‘*estás bromeando? tu perro no se ha muerto, esto es solo música’. Así que, la corteza, la parte consciente del cerebro enviará señales a la estructura subcortical diciéndole ‘detente, no hay razones para estar triste'», continúa el profesor, que cree que la música triste dispara la prolactina. Una vez que tienes «esa segregación de prolactina sin dolor psicológico», al final del día «te sientes muy bien», indica Huron, que conjetura con la posibilidad de que la gente a la que le gusta escuchar música triste obtenga esa inyección de prolactina mientras que la gente que la odia, no.

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