Crítica – DEEP PURPLE “Come taste the band”

por

Sello: Purple Records / EMI

Género: Heavy Metal

PUNTUACIÓN: 8

Para conmemorar el 35 aniversario de este mítico elepé, Purple Records Overseas lo reedita en un doble formato: con el disco original, más el tema extra “You keep on moving” (versión single) y un segundo disco, con remixes -de Kevin Sherley- del álbum primario y dos canciones extras: “Same in L.A” y la “Bolin /Paice Jam”. El lanzamiento se encuadra en la amplia campaña de marketing estratégico realizada por EMI con las obras clásicas de la banda, desde el seminal “Shades of Deep Purple”(68) hasta el aquí protagonista. Para comprender su significado e impacto, echemos la vista atrás por unos instantes. Estamos en 1976 y Richie Blackmore ha abandonado (unos meses antes) al combo, para formar Rainbow.  Las relaciones personales ya no dan más de si (habida cuenta del mal carácter del genial y excéntrico guitarrista), y tampoco las musicales. Mientras David Coverdale, y sobre todo Glenn Hughes, a la sazón nuevos contramaestres de la banda, quieren darle un fuerte impulso funk a Deep Purple, Blackmore sueña con los relatos épicos y medievalistas que tan buenos resultados, junto a Ronnie James Dio, le granjearían en los primeros años de la formación del Arco Iris. Se decide entonces que Tommy Bolin, ex James Gang, sustituya a Blackmore y la banda se pone a componer, cosechando un delicioso caldo de hard-rock, soul y funk, embotellado en este mítico e inolvidable álbum “Ven saborea la banda”. Temas como “Comin’ Home”, “Lady luck”, “Dealer”, “I need love”… entonados con arrojo por Coverdale, mantienen la fuerza hard-rockera del magistral “Stormbringer”(75), al tiempo que el vinilo regala dos increíbles diamantes para la eternidad:  “This time around” y “You keep on moving”, pura sofisticación soul en la volcánica e increíble garganta de Glenn Hughes. El resto de la historia es conocida, el sin par Tommy Bolin fallecería el 4 de diciembre de 1976, a la edad de 25 años, en la habitación de un hotel de Miami, víctima de su adicción a las drogas y el alcohol, y Purple Records se vendría -financieramente- abajo, coincidiendo con la irrupción del punk en los turbulentos finales de los setenta. En esta reedición echamos de menos un DVD con el quinteto rugiendo en directo (los remixes de Kevin Sherley sobran). Por último destacar, el magnifico libreto de 24 páginas que acompaña, con la historia al completo de aquellos años y jugosas anécdotas, más fotos inéditas, memorabilia, cartelería y demás archivos, que harán las delicias del coleccionista empedernido. Los completistas del rock están de enhorabuena.

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