Género: Indie-Rock
PUNTUACIÓN: 5,5
Una nueva banda castellana, burgalesa para más señas, viene a sumarse al poblado y atomizado panorama del indie-rock estatal. Bajo un prisma bastante convencional (los murcianos Second o los madrileños Neorama -estos últimos con letras bastante guapas- se deslizan por parecidas pistas) abordan tesituras musicales ya vistas con anterioridad en bandas como Muse, The Killers y conjuntos de ese palo, que pretenden innovar a base de servir de plataforma para el encuentro del pop-rock visceral y la electrónica minimalista. Entre mis allegados, casi todos viejos rockeros curtidos en la vieja escuela, es generalizada la opinión de que casi todos los grupos indies suenan muy parecido, que los esquemas musicales se repiten a falta de mejores argumentos y que casi ninguna de estas propuestas vale la pena, por pueriles, por triviales, por insípidas, mero entretenimiento, en el peor sentido de la palabra. Eso sí, visto lo visto, si canciones como las contenidas en “Iris” a las chavalas se las llevan de calle, por algo será. “Madonnas” de barrio que desean lanzarse a tumba abierta por “La vida alegre”. “Murciélagos sordos” en “Las noches del Sol”. Como ellos mismos afirman en “Ballenas blancas”: ‘Ahora entiendo lo que pasa, siento que todo es mentira y que no importa mentir más’. ¿Para que pensar?, se preguntarán muchos, en este mundo loco y perdido, donde todo ya está decidido de antemano.