Este concierto se celebró el mes pasado, pero bien vale la pena recordarlo, pues fue uno de las mejores actuaciones hard-rockeras del año. Por cierto, si algún fan del grupo anda de vacaciones por California estas navidades, que sepa que la banda dará un concierto de Nochevieja en Santa Clara para recaudar fondos para el tratamiento de su bajista, Phil Kennemore, que sufre de cáncer. El bolo tendrá una lista de invitados espectacular: Geoff Tate (Queensryche), Don Dokken, Bobby Blotzer (RATT), Vinny Appice (DIO, Black Sabbath, Heaven & Hell), Sean McNabb (Dokken, Montrose), Loren Gold (Roger Daltrey), Jimmy DeGrasso (Alice Cooper), Chuck Billy y Paul Bostaph (Testament) son sólo algunos de los amiguetes del bajista de Y&T que se pasarán por el concierto.
GUITARRAS COMO TIGRES Y HURACANADOS RIFFS
Y&T ofrecieron un recital diamantino, de esos que se recuerdan toda la vida. Velada para la historia, sin duda, pues al magisterio de Yesterday & Today se unían los sin par Lynch Mob como teloneros de lujo, con ese príncipe barroco al frente, Mr. George Lynch, al que tanto gusta adornarse sobre el mástil de su guitarra. Tras las últimas y estelares apariciones de Y&T por estos pagos, en parecidas fechas e idéntico lugar, protagonizaron en la sala Heineken una nueva descarga que dejó boquiabierto al respetable. Meniketti, Nyman y Vanderhule (más Brad Lang al bajo, el sustituto de Philip Kennemore, ausente por enfermedad grave), son una máquina de rock’n’roll perfectamente engrasada, doscientos caballos de un bólido rugiendo a tope, con afiladas garras y pasión por devorar el asfalto. Protagonizaron un recital excelso, especialmente en el ecuador del evento, con piezas bestiales como “Eyes of a stranger”, “Midnight in Tokyo” o “I’ll cry for you” ejecutadas con un pulso realmente increíble, completamente niqueladas, con unos punteos y unas frases dignas del Olimpo. Dave Meniketti hizo llorar nuevamente a su Gibson Les Paul en cortes como “I believe in you” o “Rescue me”, un guitarrista y cantante nunca suficientemente valorado, que bebe de aguas limpias y funde la mejor tradición de monstruos como Gary Moore, Mick Ronson (ya fallecido) o Michael Schenker, por citar a tres prodigios de la naturaleza acostumbrados a hacer gemir el instrumento.
Y&T son un pleno al quince, un combo que nunca falla en directo y una de las mejores propuestas en vivo que se pueden disfrutar en la actualidad, por no decir la mejor. Secundados en su empeño por el nuevo y afinado bajista Brad Lang, más un impresionante John Nyman como segundo guitarra y un virtuoso Mike Vanderhule a la batería, desgranaron veintidós diamantes para la eternidad, con un sonido realmente brillante. Otro detalle que nunca pasa desapercibido: a los miembros de Y&T les gusta disfrutar sobre las tablas, y van cambiando el repertorio de un lugar a otro, alternando los temas de su último disco, “Facemelter”, con los clásicos imperecederos de AYER & HOY: “On with the show”, “Hard times”, “Meanstreak” y “Lonely side of town” fueron los primeros disparos a quemarropa, seguidas de las gemas recientes “Shine on” y “If you want me”, más las animosas y rocanroleras “Hurricane” y “I’m coming home”, dibujando un ecuador para frotarse las orejas: “I believe in you”, “Eyes of a stranger”, “Midnight in Tokio»… hasta llegar al éxtasis en “I’ll cry for you”, con punteos de fuego y la Fender azulada de Mr.Meniketti llorando una catarata de notas insuperables, guitarra que alternó con su conocida Les Paul Custom naranja, curtida por los años. Vuelta al jungla de las seis cuerdas, con las salvajes “Black Tiger”, “Rock’n’roll gonna save the world” y “Dirty girl”. Cierre a lo grande con “Summertime girls”, más el himno por antonomasia, “Forever”. En los bises, la desgarradora “Winds of change” en versión novedosa, solo guitarra y voz, “Open fire” y “Rescue me” pusieron la guinda de oro a su gira europea. Sobran las palabras. Matrícula de honor, cum laude, una vez más, para la banda de San Francisco.