Género: Arena Rock
PUNTUACIÓN: 6
Nada hay de los KOL de “A-Ha Shake Heartbreak”, y aunque quedarse ahí hubiera sido lamentable, por lo menos el disco tenía una credibilidad que creaba empatía. Ahora el cuarteto no está para pequeñas audiencias, para la energía inmediata, sino para multitudinarias encendidas de mechero (léase móviles), bailes de brazos izquierda-derecha y mucha épica de Mtv. Para otro público, mucho más grande. Más “accesibilidad” en un sentido aglutinador, lo acorde a la imagen que ellos mismos quieren dar desde hace algún tiempo. Lo cual deja cabos sueltos. Que estos sons of a preacher cada vez tiran más hacia U2, eso estaba más o menos claro desde hace tiempo. Pero no diremos aquí si lo hacen con tino, pues ese redireccionamiento nos parece un error tal y como está planteado. Porque suena terriblemente más a influencia de la industria que a nueva inspiración musical. Aunque el caso es que por otro lado, hay algo en su música que ya desde el principio parecía tener este destino.
La voz de Caleb, aunque empieza a hacerse algo cansina por la identidad que se empeña en mantener con diferentes ecos del mismo fraseo, sigue siendo el elemento diferenciador de esta banda que, dentro de la crítica al arena rock como fin y no como medio, mantiene algo de puntería compositiva y huye de molestos estribillos facilón-masivos, esos que sólo tienen algunos párrafos y ritmos alrededor como coartada para llamarlos “canciones”.