SERIE Z, un festival con pedigree rocanrolero

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El fin de semana del 2 y 3 de noviembre, las actuaciones de los míticos Y&T, los explosivos canadienses White Cobwell Oklahoma, los corrosivos Warrior Soul, la sorpresa de Bonafide y Pontus Snibb 3, la maestría de los Wishbone Ash, entre muchos otros, arrasaron en el festival que se celebra en Jerez.

El jueves 1 de noviembre ya se caldeaba el ambiente con la fiesta de bienvenida que Alone Records había preparado y aunque no habían llegado la mayoría de las bandas ni del público, fue un buen inicio con bandas del sello. El viernes 2 de noviembre Jerez amaneció con alerta amarilla pero la gente que llegaba al Z poco le importaba porque lo que querían era llegar a la Sala Paul para ver desfilar por el escenario a sus bandas favoritas. Desde horas muy tempranas, a las 15.30h, ya se abrían puertas para iniciar la primera actuación con una de las pocas bandas nacionales que configuraban el cartel,  Arenna. Tras ellos llegaron la sorpresa de los suecos Pontus Snibb 3 que marcaron sin complejos las distancias de lo que es sonar con solidez, sin apenas desvestirse (ya que ambas bandas comparten voz y algunos miembros), Bonafide salió con fuerza irrumpiendo con temas como “Hard Livin’ Man” y el público ya empezaba a tomar las riendas del festival con claros signos de disfrute total.

El rock & roll seguía y entraba en escena el hombre solitario, Scott H. Biram, que se entregó con valentía al Z y con sus guitarras y su porte sureño conquistó en acústico y eléctrico a los asistentes. Kentucky Bridgeburners y su cabeza visible, el omnipresente Blaine Cartwright, incendiaron el escenario con sus poderosos riffs. Leafhound habría el telón de las bandas más veteranas del festival mientras la gente esperaba a los cabeza de cartel, los esperados Wishbone Ash que con auténtica profesionalidad recordaron temas de toda su carrera y cerraron una noche que terminaba con la fiesta post-concierto que el festival había preparado en la Sala La Comedia y en la que bandas y público se profesaban admiración y muchas cervezas.

El sábado 2 de noviembre la resaca poco a poco pasaba y a las 15.00h ya se encendían las luces para los Devil Dandruff, seguidos de los también nacionales The Soul Jacket cuyo cantante , por su voz, su físico y sus gestos nos recordaron al mismo Joe Cocker. El asturiano Igor Paskual, músico de Loquillo, sabe perfectamente como dominar un escenario y así lo demostró con su banda presentando su disco en solitario. Vanderbuyst fueron una de las bandas más fuertes del festival, el trío holandés demostró que con solo guitarra, bajo y batería se pueden hacer grandes cosas. Y entonces llegaron ellos, sin duda la banda que más disfrutaron y hicieron disfrutar al público, los canadienses White Cobwell Oklahoma son auténticas bestias que desparraman rock sureño y hard rock por todos los costados. Vestidos de vaqueros con dos perfectos frontman  repartiendo fuego y alcohol a las primeras filas, fueron el éxito de la noche.

Después llegó la calma bien hecha de Jim Wilson que acompañado de su guitarra dió un respiro para aguantar las fuerzas. Dan Baird y sus Homemade Sin pusieron la nota sobria del festival para dar paso a la fiera que andaba suelta, Kory Clarke y su enorme melena rubia fue la rabia en persona, Warrior Soul saben crecerse en un escenario, con su bajista y su guitarra catalanes, Kory completa una banda que deja boquiabiertos a sus seguidores. Para despedir el festival no hubo mejor broche, los americanos Yesterday & Today, demostraron en sus más de dos horas de concierto lo que es sonar puro, brillantes y sin fallos de ningún tipo, se llevaron el festival de calle, sorprendiendo incluso con seguidores que no pasan de los 15, seguramente por tener buenos maestros. Ahora, solo queda un deseo, a por el próximo Z.

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